El maíz
Desde hace mucho tiempo que empezamos
a recibir de la tierra las bendiciones de su alimento. Ya nadie
recuerda desde cuándo el Señor puso en nuestras manos el maíz para
bien de todos.
Tío Alejandro dice estas palabras con gran respeto y gesto dulce.
Su cuerpo ligeramente encorvado y su rostro salpicado por los años
muestran la reverencia que siente por su forma de vida y por los
elementos de la naturaleza.
Cuando se hace la tumba es preciso ofrendarle zacá al gran
Señor del Monte. Cuando se hace la guardarraya de la milpa, es preciso
obsequiar su boca con zacá.
Cuando los días, el agua serenada, los vientos suaves, los
soles amables y la tierra fecunda premian nuestro sudor y cansancio,
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