El niño educado y el señor malcriado

 

Un día salieron un niño y su madre a comprar provisiones al pueblo de Samahil. Al llegar al mercado, madre e hijo se separaron y cada uno fue a hacer lo suyo.

Ya tarde, cuando casi todos los vendedores de telas, ollas, frutas y gallinas se retiraban después del trabajo, el pequeño fue al lugar donde había quedado de ver a su madre.











 

En el trayecto el muchachito vio cómo a un señor se le cayó una bolsita de dinero mientras se subía a su carreta. Como el niño era muy honrado, corrió a recoger la bolsa y fue tras la carreta para devolverla. Mientras perseguía al vehículo, daba gritos para que el hombre aquel se detuviera.

—¡Señor, señor su bolsa! ¡Se le olvida su bolsa, se le ha caído!

El hombre, que era un mal educado, al escuchar los gritos entre el ruido que producía la carreta, pensó que el niño le insultaba, y le respondió:

—¡A tu madre se le ha caído!— y siguió su camino.

El niño, cansado de correr, al escuchar la respuesta del hombre fue a encontrarse con su mamá y le entregó la bolsa con el dinero. Regresaron muy contentos a su casa.