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los hombres. Zamná escuchó la voz de las plantas y decidió darles una oportunidad. Así Che'chén y X-kulub quedaron convertidos en jóvenes fuertes y la flor de X-mudz una hermosa joven de largos cabellos. |
Al principio vivían felices con su nueva forma humana, corrían y jugaban de un lado a otro, sabían los nombres de las cosas y entendían los asuntos de la Tierra. Pero después Che'chén se volvió malo, egoísta y ya no quiso jugar con sus hermanos. Se hizo solitario y en su corazón sólo había rencor para su hermano X-kulub, pues se sentía envidioso de su alegría. Un día que Che'chén rumiaba su coraje se encontró con X-kulub y discutieron con gran violencia. En un arrebato de furia Che'chén tomó una piedra y aplastó la cabeza de su hermano contra la tierra que les dio la vida. Luego de ver su obra Che'chén se sintió arrepentido y corrió en busca de X-mudz para contarle la desgracia. Juntos lloraron y pidieron al dios Zamná que les devolviera su antigua forma de árboles y flor. |
Compadecido Zamná hizo caer a todos en un profundo sueño del que despertaron convertidos en plantas. Esto cuentan los ancianos de mi tierra, y dicen que por eso cuando el che'chén toca con su resina pestilente a algún hombre y le quema, siempre está cerca su hermano X-kulub, para curar con sus hojas las heridas, y su hermana X-mudz se apresura para aromar con sus pétalos el camino de los mayas. |