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Zum-zum, zum-zum de la calavera, al que se duerma le doy una pera. Le deja la prenda en las manos a uno de los de la rueda y le dice: |
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Cuando el que recibió la prenda termina de decir en su santísimo lugar, ambos corren en direcciones opuestas alrededor del círculo y tratan de ocupar el lugar vacío. El que pierde es el que sigue el zum-zum de la calavera. |