Zum-zum de la calavera

 

Se hace una rueda y se ponen todos con las manos en la espalda. Mientras tanto un niño o niña corre alrededor de la rueda con una prenda en la mano diciendo:


—Zum-zum, zum-zum de la calavera, al que se duerma le doy una pera.

Le deja la prenda en las manos a uno de los de la rueda y le dice:

—¡Martinejo!

Y el que recibe la prenda dice:

—¡Señor viejo!

Y continúa el siguiente diálogo:

—¿Y las mulas?
—En el campo.
— ¿Quién las cuida?
—El caporal.
—¿Por qué no las cuidas tú?
—Porque no me diste pan.
—¿Y el pan que te di?
—Me lo comí.
—¿Y si más te diera?
—Más comiera.
— ¿Y el huevito?
—En su hoyito.
—¿Y la sal?
—En su santísimo lugar.


Cuando el que recibió la prenda termina de decir en su santísimo lugar, ambos corren en direcciones opuestas alrededor del círculo y tratan de ocupar el lugar vacío. El que pierde es el que sigue el zum-zum de la calavera.