Los k'atés

 
 

 

La aventura de Manuel y el viejo Jacinto es una de tantas que se cuentan en mi tierra sobre los aluxes. También existen otros hombrecitos muy parecidos a ellos —tanto que llegan a confundirse— aunque son menos conocidos: son los k'atés.

Dicen los viejos sabios que los k'atés son descendientes de la primera raza de habitantes de El Mayab. Ellos construyeron los palacios y los monumentos impresionantes, que hoy sólo son ruinas en la tierra de los mayas.

Se cuenta que esos enormes edificios que salpican aquí y allá la península de Yucatán, fueron hechos en un abrir y cerrar de ojos por los k'atés, que con sólo soplar ordenaban las piedras en forma de pirámide, cuadrángulo, observatorio o juego de pelota.

Pero seguramente tú te preguntarás, ¿cómo es posible que gente tan poderosa haya desaparecido y ahora sólo viva en las leyendas de esta tierra? La tradición de mis mayores dice que los k'atés se volvieron soberbios con tanto poder y quisieron ser más importantes que sus creadores. Los dioses mayas vieron esto con gran enojo y, para castigar tanta altanería, convirtieron a los k'atés en estatuas y grabados de piedra; desde entonces permanecen inmóviles en las esquinas y fachadas a los viejos y hermosos templos mayas, que ojalá algún día tú puedas conocer.