¿Sabes por qué los armadillos tienen en
su caparazón líneas finas en los extremos y gruesas en el centro?
Apuesto a que no. A mí me lo contó un amigo.
Un día Yum K'ax, el Señor del Monte, invitó a todos los animales
a una gran fiesta. En la invitación, gritada a los cuatro vientos,
se indicaba que todos debían ir vestidos con sus mejores galas.
El wech así se llama el armadillo en lengua maya no
tenía traje de gala, toda su ropa estaba sucia pues para conseguir
su comida debe escarbar en la tierra. Así que decidió estrenar ropa
el día de la gran celebración y fue a tomarse medidas con el sastre.
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