Cuentan que hace mucho tiempo, antes de que fuera fundada
la gran Tenochtitlán, pasó por un lugar llamado Santo Desierto el batallón
que iba siguiendo al águila, como les había indicado su dios. Al frente
de ellos venía un capitán a quien sus compañeros llamaban Gigante.
Del Santo Desierto brincó el gigante a otro cerro llamado de las Tres
Marías, aproximadamente a tres kilómetros. Descansó y volvió a pegar otro
brinco, como de un kilómetro, a otro cerro. Y ¿qué creen que pasó? Pues
que al brincar el gigante dejó marcado su pie sobre una piedra y, por
eso, el lugar recibe el nombre de Pie Gigante.
El águila siguió su rumbo y se fue a parar en un lugar llamado Atlatlahuaca;
nada más que la espantaron y ya no se quedó allí, sino que vino hasta
donde estaba el islote en donde se fundó Tenochtitlán. |