Las veinte cargas de maíz


Hace muchos años un señor y su hijo fueron en busca de trabajo de Aramberri a Tamaulipas. Regresaron de allá con veinte burros cargados de maíz.

En el camino se les hizo de noche. Descargaron los burros, los sujetaron y amarraron las veinte cargas de maíz, todas juntas, a un tronco grande. Después, prendieron una lumbre para cenar y poco más tarde se acostaron más allá de donde habían dejado las cargas de maíz.

A la mañana siguiente, antes de que llegara la luz del día, se levantaron, almorzaron y se fueron a traer los burros para darles de comer. En seguida buscaron las cargas de maíz para echárselas a los burros, pero no las encontraron. Sólo hallaron un rastro muy grande.

El señor y su hijo reunieron los burros y siguieron el rastro de las cargas. Después de varias horas de camino encontraron una víbora muy grande que llevaba todas las cargas de maíz. Entonces se dieron cuenta de que habían amarrado las cargas no a un tronco, sino a la víbora. Cuando el animal tuvo hambre, en la noche, se fue a buscar comida y se llevó arrastrando las veinte cargas de maíz.

Cuenta la leyenda que el rastro que dejó la víbora con las cargas de maíz es actualmente el camino que va de Aramberri a la Boquilla.

 
 

Recopilador: Sixto González Castillo.
Informante: Juan Sierra Martínez,
Comunidad: Aramberri, Nuevo León.