La sabana del ahorcado


Entre Papantla y Zamora había un camino real que era de herradura; o sea, para puro caballo.

Y, yendo por él, había que atravesar una llanura a la que llamaban "la sabana del ahorcado".

Una vez, me tocó ir de noche desde Papantla hasta Zamora y tuve que pasar a fuerza por aquella planicie.

Cuando me estaba acercando a ella, comencé a sentir miedo, porque, según contaban, solía atravesarse un charro por el camino y luego aparecía colgado de un árbol.

En eso volteé hacia el lugar donde decían que se aparecía el ahorcado y lo vi clarito colgando del árbol.

Tardé en darme cuenta de que se trataba de un gusano medidor que pendía del ala de mi sombrero.

Todavía me pregunto si fue a causa de la luna, del sereno o del miedo.

 
 

Informante: Genaro Salas Espinosa.
Comunidad: Paso de Hidalgo, Mpio. de Tecolutla, Veracruz.