El pájaro Cu


Una mañana de invierno el pájaro Cu temblaba de frío, pues no tenía ni una sola pluma que lo protegiera. "¿Qué haré?", decía. "Ni modo, voy a pedir una pluma a cada pajarito que encuentre".

 
 

Por largo tiempo anduvo pidiendo plumas a cuanto pajarito veía, y todos, gustosos, se arrancaban una plumita y se la daban al pájaro Cu.

Un día se topó con el tecolote y le pidió, como a todos, una pluma, pero el tecolote, muy enojado, le dijo que no, que no le daba nada.

"¡Qué egoísta!" chillaron los pajaritos que acompañaban al pájaro Cu, y se lanzaron en picada contra el tecolote, que voló y voló asustadísimo, con un montón de pajaritos tras él, hasta que llegó al hueco de un árbol, se metió en él, y ahí permaneció todo el día.

Pasó la noche y al día siguiente, cuando quiso salir a cazar para calmar su hambre, que era mucha, lo volvieron a atacar los pajaritos y lo hicieron esconderse nuevamente.

A la mañana siguiente volvió a salir, pero los pajaritos lo retachaban otra vez. Y así, cada que salía, lo devolvían a picotazos. El tecolote estuvo piensa y piensa cómo hacer para salir, y de repente se le prendió el foquito: "Ya sé, saldré cuando esos condenados pájaros estén dormidos".

Desde entonces el tecolote está condenado a salir a cazar de noche y a dormir de día, mientras el pájaro Cu luce, con mucho orgullo, un lindo plumaje de todos colores.



Recopilador: Cesáreo Reyes Saucedo.
Informante: Cesáreo Reyes Lozano.
Comunidad: Zacatecas.