El lamento de la torcaza


Cierto día, estaba cantando una torcaza, cuando se le acercó una ardilla y le dijo:

—¡Ay, mamita!, si supieras... Se acerca un diluvio.

—¿De veras? —preguntó la torcaza.

—De veras. Yo que tú, mataba a tus pequeños.

 
 

—Cómo crees que los voy a matar! —se escandalizó la paloma.

—¿Vas a permitir que se ahoguen?

Así estuvo diciéndole la ardilla, hasta que convenció a la pobre torcaza de que matara a sus propios hijos.

Llorando, la torcaza aporreó a sus pequeños y se sentó a esperar el diluvio. Pero pasaron los días y el diluvio no llegó.

Entonces se dio cuenta de que la ardilla la había engañado.

Por eso, hasta la fecha, se escucha el canto lastimero de la torcaza:

"Cuúc tu tusén Cuúc tu tusén": la ardilla me engañó, la ardilla me engañó.

 

Recopilador: Carlota Ac Haas.
Informante: Severa Ku López.
Comunidad: Nunkiní, Campeche.