Los corridos son canciones propias de las regiones central y norte de México; a través de ellos se relatan distintos sucesos o aventuras de personas reales o imaginarias.


Corrido de Cornelio Vega


El 28 de febrero
que día tan señalado
murió don Cornelio Vega,
murió el valiente afamado.

Le dijo José Durán:
"Cornelio, qué guapo eres,
no te vaya a costar caro
el amor de las mujeres".

Le contesta el caminante:
"Mis palabras son diamante
el proceder que yo llevo,
caminar para delante".

Le contesta el caminante:
"Válgame Dios, qué diría,
¿que le bese yo los pies?
Ni con mis padres lo hacía".

Le contesta la mujer:
"No quiero perjudicar,
deja que me lleve este hombre,
al cabo le ha de pesar".

Luego la montó en el caballo
comenzando a caminar,
¡cuándo pensaría Cornelio
que lo iban a traicionar!

Y luego que lo mató,
se agachaba y sonreía:
"Te trajiste a mi mujer,
sabiendo bien que era mía".

A orillas de Magdalena
se encontró a José Durán,
se fueron a la cantina,
se pusieron a tomar.

En el camino Cornelio encontró
a un hombre y a una mujer:
"Ustedes, ¿pa’ dónde van
o cuál es su proceder?"

Le dice Cornelio Vega:
"Amigo, qué claro es,
como se está poniendo
que ya me va a besar los pies".

Le dice Cornelio Vega:
"Dejemos de averiguar,
para que veas que soy hombre
tu mujer me he de llevar".

"Llévesela pues, amigo,
no se la lleve a rigor
ni tampoco se engrandezca,
que no es falta de valor".

Se acostó a dormir un sueño
como si fuera de día,
cuando llegó el caminante
y lo mató a sangre fría.

Vuela, vuela palomita,
siéntate en aquella vega,
esto le pasó a un valiente
llamado Cornelio Vega.