El 28 de febrero
que día tan señalado
murió don Cornelio Vega,
murió el valiente afamado.
Le dijo José Durán:
"Cornelio, qué guapo eres,
no te vaya a costar caro
el amor de las mujeres".
Le contesta el caminante:
"Mis palabras son diamante
el proceder que yo llevo,
caminar para delante".
Le contesta el caminante:
"Válgame Dios, qué diría,
¿que le bese yo los pies?
Ni con mis padres lo hacía".
Le contesta la mujer:
"No quiero perjudicar,
deja que me lleve este hombre,
al cabo le ha de pesar".
Luego la montó en el caballo
comenzando a caminar,
¡cuándo pensaría Cornelio
que lo iban a traicionar!
Y luego que lo mató,
se agachaba y sonreía:
"Te trajiste a mi mujer,
sabiendo bien que era mía".
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A orillas de Magdalena
se encontró a José Durán,
se fueron a la cantina,
se pusieron a tomar.
En el camino Cornelio encontró
a un hombre y a una mujer:
"Ustedes, ¿pa dónde van
o cuál es su proceder?"
Le dice Cornelio Vega:
"Amigo, qué claro es,
como se está poniendo
que ya me va a besar los pies".
Le dice Cornelio Vega:
"Dejemos de averiguar,
para que veas que soy hombre
tu mujer me he de llevar".
"Llévesela pues, amigo,
no se la lleve a rigor
ni tampoco se engrandezca,
que no es falta de valor".
Se acostó a dormir un sueño
como si fuera de día,
cuando llegó el caminante
y lo mató a sangre fría.
Vuela, vuela palomita,
siéntate en aquella vega,
esto le pasó a un valiente
llamado Cornelio Vega.
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