El diablo burlón


Ojalá disfrutes de la mentirita que te presentamos.



Me fui al monte
a cazar un venado,
y lo primero que vi
fue al diablo sentado.

Estaba comiendo nanches
y tunas de una pitahaya,
cuando pegó un brinco
y me pintó una raya.

Luego le respondí con coraje
y un poco de temor,
porque en las orejas
ya sentía calor.

"¿Qué te crees, diablo tonto,
descansando en ese tronco?
Tu deber no es asustar,
sino almas malas acarrear".

Él, molesto y carcajeante
me dijo medio cortante:
"A México vine a vacacionar,
para con un mentiroso poder platicar".

"No creo que tú seas mejor que yo",
le dije muy sonriente
con ganas de molestar,
"que si de mentiras se trata,
yo te voy a ganar".

Él me echaba una mentira
y por una, yo decía dos.
Viendo que conmigo no podía
le empezó a dar tos.

Enfadado de repente
por no poderme ganar,
le salió humo de la frente
y se echó a llorar.

Me dijo cabizbajo y sollozón:
"Me has ganado esta partida,
sinaloense cachetón".

"Yo te pido la revancha
para hacerte chicharrón
y llevarte en la carcacha
al dominio del patrón".


Yo le dije: "no seas necio
y vete al infierno ya,
que ahí viene tu patrón recio
porque perdiste, te va a llevar".

"No lo dejes que me lleve
porque me va a castigar,
aunque sea comiendo nieve
pero quiero yo charlar".

Nos sentamos frente a frente
y empezamos a platicar.
Desapareció de repente
y no lo he visto nunca más.

¿Te gustó? Ahora, tú puedes crear
tus propias mentiritas.