El diablo y la monja



Los jugadores forman un círculo tomados de las manos, un jugador queda afuera (Diablo) y otro jugador (Monja) dentro del círculo.

Empieza a girar el círculo y los demás niños gritan:

—¡Puertas libres para el Diablo y la Monja!

Entonces el jugador que la hace de Diablo quiere soltarle las manos a los jugadores y les pregunta.

—¿De qué están hechas estas cadenas?
—De oro, plata y cobre.
—¿A que las rompo?
—¡A que no!
—¡A que sí!
—¡A que no!

El Diablo trata de desatar las manos de los jugadores, pero estos no quieren dejarlo entrar. Cuando ya está a punto de romper las cadenas, la Monja sale por el otro lado y corre.

El Diablo corretea a la Monja, alrededor de la rueda formada por los jugadores, quienes de pronto gritan:

—¡Puertas libres para la Monja!

La Monja corre para entrar a la rueda antes de que la agarre el Diablo, porque alcanzándola se termina el juego y se escogen a otros niños que le hacen de Diablo y Monja.