Una noche de junio hacía mucho calor, así que una familia
decidió dormir en el patio de la casa. Como a eso de las dos
de la mañana, la mujer abrió los ojos y se encontró con un
animal prieto, de grandes orejas y con una trompa pegada al
suelo, que se llevaba a su niño de meses, envuelto en unas
mantas. La mujer se quedó muda del susto, pero en cuanto pudo
despertó al marido y salieron en busca de su niño. Buscaron
por medio barrio hasta que lo encontraron tirado al lado de
un puente.
Alguien les dijo que el nagual se lo llevó con la
esperanza de que el niño le hablara, porque tiene una maldición
que lo obliga a ser así de monstruoso. Sólo cuando un inocente
le hable, quedará libre. Mientras tanto, niño que encuentra,
niño que se lleva. |