Anexo 1

La carta

Las cartas pueden construirse con diferentes tramas (narrativa y argumentativa) en tomo de las distintas funciones del lenguaje (informativa, expresiva y apelativa).

[Las cartas familiares] contienen hechos, sucesos, sentimientos, emociones, experimentados por un emisor que percibe al receptor como "cómplice", o sea como un destinatario comprometido afectivamente en esa situación de comunicación y, por lo tanto, capaz de desentrañar la dimensión expresiva del mensaje.

[Por otro lado, en las cartas formales se plantea un comentario o una petición de manera concreta, empleando algunas fórmulas o frases hechas y con un estilo hasta cierto punto impersonal. En este tipo de cartas se expresa en el primer párrafo el motivo o propósito de la comunicación, en los párrafos subsiguientes se brindan datos o información que permita al destinatario tener una idea más clara de nuestra propuesta y, al final, se expresa una solicitud concreta o sugerencia, así como una fórmula de agradecimiento.]

KAUFMAN, Ana María y María Elena RODRÍGUEZ, La escuela y los textos,
Madrid, Santillana, 2001. p. 49. (Aula XXI).

El aviso

Este texto publicitario, que aparece en diarios, revistas, afiches, folletos de publicidad, etc., puede adoptar distintas tramas: narrativa, argumentativa, descriptiva o conversacional, y frecuentemente conjuga lo verbal con lo irónico en una relación de complementariedad que acrecienta el significado.

Cualquiera que sea la trama elegida, estos textos se caracterizan por su trabajo de síntesis: a través de relatos resumidos, descripciones precisas, diálogos breves, argumentaciones económicas ubican al receptor en el mundo deseado.

Las estrategias discursivas más usuales en los avisos son los juegos de palabras, las metáforas, las repeticiones sistemáticas, las insinuaciones, las onomatopeyas, la renovación de títulos conocidos, combinatorias de sonidos, hipérboles o exageraciones, uso de estereotipos, las transcripciones de testimonios en estilo directo, etcétera.

KAUFMAN, Ana María y María Elena RODRÍGUEZ, La escuela y los textos,
Madrid, Santillana, 2001. pp. 53-54. (Aula XXI).

El folleto

El folleto intenta crear en el receptor la necesidad de adquirir un producto, recorrer un lugar, participar en un evento, compartir una reunión, etc., a partir de la descripción de los rasgos o de los aspectos valorados como positivos del elemento promocionado.

En su estructura profunda estos folletos intentan modificar comportamientos, tienen una intencionalidad claramente apelativa; pero, a diferencia de los otros textos publicitarios, que se caracterizan por la economía de los recursos expresivos usados, los folletos expanden, con mayor amplitud, su base informativa.

Los folletos muchas veces recurren a la trama argumentativa para atraer la atención de los lectores, sobre la base de oraciones complejas integradas por proposiciones condicionales: Si Ud. está interesado en conocer teorías, investigaciones y experiencias de lectura y escritura, entonces debe suscribirse a LYV; o concesivas: Aunque hoy no nos necesites, recuerda esta dirección: ... Estamos aquí para ayudarnos y ayudarte a crecer.

El folleto, que encuentra en el tríptico su formato más frecuente, suele estar impreso en varios colores que resaltan el atractivo y la riqueza de las imágenes que complementan la significación del texto.

KAUFMAN, Ana María y María Elena RODRÍGUEZ, La escuela y los textos,
Madrid, Santillana, 2001. pp. 55-56. (Aula XXI).