Nuestra experiencia con la comprensión lectora

Hasta este momento han revisado sus saberes sobre lectura y comprensión lectora, reflexionaron respecto de la forma en que influye esta concepción en la forma de trabajar en el aula; las siguientes actividades estarán encaminadas a revisar dicha influencia.


  1. Elaboren un texto en el que den respuesta a las siguientes preguntas:

  1. Nombren a un relator para realizar lo que a continuación se propone:

  1. El relator de cada equipo explicará el trabajo elaborado y el colectivo verterá sus opiniones al respecto.

El coordinador deberá tomar notas en hojas para rotafolio de los elementos comunes en cuanto al trabajo de la lectura y de la comprensión lectora, así como de los resultados que obtuvieron.


  1. A partir de la información que proporcionan los siguientes textos, analicen el producto de la actividad anterior y contesten las siguientes interrogantes.

Quienes estamos relacionados con la enseñanza reconocemos en la lectura uno de los medios indispensables para acceder al conocimiento, por tanto, necesitamos que los alumnos y antes que ellos los maestros, seamos lectores competentes; es decir, personas capaces de enfrentarnos a cualquier tipo de texto (por complicado que éste sea), para comprenderlo y disfrutarlo. [...] La comprensión lectora, como búsqueda de significado e interpretación, no tiene que ver con aprenderse de memoria ciertas frases, recordar el título del texto, la fecha en que fue escrito, el nombre del autor, señalar el personaje principal o algún asunto parecido. Todo esto puede darse en la medida que lo leído logre repercutir en el lector, no como mero aprendizaje memorístico para resolver el cuestionario, sino como situación significativa.

YNCLÁN, Gabriela, Castillos Posibles. Búsqueda de significado e interpretación de texto en el aula. Una propuesta para la educación básica, México, CIECE. pp. 9-10.

A pesar de que leer es la base de casi todas las actividades que se llevan a cabo en la escuela, y de que la concepción de la lectura como acto comprensivo es aceptada por todo el mundo, la mayoría de investigaciones sobre las actividades de lectura en la escuela demuestran que en ellas no se enseña a entender textos.[...] Una primera constatación, bastante evidente, es que gran parte de las actividades escolares se sustentan en la utilización del escrito. Los alumnos leen y escriben más que hablan. En cambio, pocas de estas actividades y situaciones están orientadas a enseñar a comprender el texto. Para resumir las podemos clasificar en dos grupos: actividades orientadas a leer para aprender y actividades orientadas a aprender a leer.

COLOMER, T., Enseñar a leer, enseñar a comprender, Madrid, Celeste-MEC, 1996. pp. 80-81.

La constatación de que muchos de los estudiantes, en los diversos niveles educativos, son incapaces de valerse del sistema de escritura como medio de comunicación, denotando bajos niveles de comprensión lectora, nos remite a cuestionarnos sobre las causas por las cuales esto ocurre, y a plantear algunas posibles soluciones a este problema. Soluciones que, desde nuestro punto de vista, tendrían que iniciarse con la reconsideración del concepto que los maestros de la educación básica tienen de la lectura, para lograr formas diferentes de incidir en el desarrollo lector de los alumnos por medio de la enseñanza.

En este sentido, la tradición pedagógica presenta determinadas prácticas escolares que histórica y socialmente se arraigan en una concepción institucional del sistema de escritura.

Al respecto, Beatriz Rodríguez (1985) señala que "la escuela ha dado existencia a lo que podríamos llamar el sistema de escritura escolar". Este sistema se conforma por los elementos que privilegian los métodos de enseñanza. Así, encontramos el trabajo sobre secuencias de vocales, consonantes, sílabas y palabras, o de cualquier otra combinación posible, lo que se traduce en que dicho sistema sirva para pasar del primero al segundo grado.

GÓMEZ PALACIO, Margarita et al., La lectura en la escuela, México, SEP, 1995. pp.13-14. (Biblioteca para la Actualización del Maestro).

Otro problema muy grave es el de la simulación en la lectura. Si nos encontramos con alumnos que "no saben leer" como nosotros esperamos, solemos cargarle la culpa al docente del grado o del nivel anterior. Esta larga cadena está construida de culpas ajenas, de omisión de la corresponsabilidad. Las horas que pasan reloj checador en mano midiendo el tiempo en la lectura de rapidez, la insistencia en la fluidez, la entonación, el modo de tomar el libro, el seguimiento de la puntuación. Pero también, las planas interminables frente a las que hay que irse "de bajadita" como dicen los niños, la copia de lectores y el dictado para matar el tedio del maestro, la supremacía del dibujo de las letras por sobre el esfuerzo de redacción son escenas cotidianas que favorecen la simulación, lo peor viene cuando los castigan con la repetición de palabras para corregir las letras mal hechas y las faltas de ortografía, cuando los castigan sin recreo y con lectura.

AGUILERA ARRIAGA, Sandra, "La lectura y la escritura en la escuela. Las dos caras de una moneda" en Observatorio Ciudadano de la Educación, México, Colaboraciones Libres, marzo de 2003.

  1. Retomen la pregunta final de la primera actividad de esta sesión; ¿se consideran buenos lectores?, ¿por qué?

Con el desarrollo de las actividades de esta sesión:

Apoyen la respuesta a esta última pregunta con la información que proporciona el siguiente texto.

En la presentación del libro Un lector se hace, no nace, en Puebla, de Felipe Garrido, aprendí que las características de un lector serían las siguientes:

  • El que lee todos los días.
  • El que lee por voluntad.
  • El que comprende lo que lee.
  • El que se sirve de la escritura.
  • El que suele comprar libros.

AGUILERA ARRIAGA, Sandra, "La lectura y la escritura en la escuela. Las dos caras de una moneda" en Observatorio Ciudadano de la Educación, México, Colaboraciones Libres, marzo de 2003.

  1. Como cierre de la sesión y a partir de las actividades realizadas, respondan el siguiente cuestionamiento.