Introducción

En el contexto del Programa Nacional de Educación 2001-2006, uno de los compromisos más importantes de las maestras y los maestros en la escuela primaria es el desarrollo de las competencias cognoscitivas fundamentales de los alumnos, entre las que destacan las habilidades comunicativas básicas, es decir, la lectura, la escritura, la comunicación verbal y el saber escuchar.

A pesar de que la enseñanza, la promoción de la lectura y la expresión escrita han sido, y siguen siendo, preocupaciones de todo programa educativo y que a través del tiempo se han implementado una serie de estrategias de enseñanza que se han venido reformando, transformando o bien reforzando a fin de aportar nuevas ideas y nuevas formas de estimular la lectura, ésta sigue siendo una tarea inconclusa de la escuela primaria, pues, a pesar de tales esfuerzos, no se puede soslayar una realidad actual que muestra que, aunque se observan avances importantes en los últimos años en relación al aprovechamiento escolar de la lectura, los niveles alcanzados están por debajo de lo que se espera que aprendan los alumnos en este nivel educativo.

Datos recientes muestran indicios de que en los alumnos prevalecen serias deficiencias en la comprensión lectora, manifestadas en altos índices de analfabetismo funcional y bajo porcentaje de lectores. De ahí la necesidad de perseverar en el esfuerzo por promover en la escuela una lectura renovada; un esfuerzo por estimular la afición por la lectura, por presentarla al niño como un quehacer agradable, útil y trascendente, que le brinda beneficios tanto en lo personal, como en lo escolar y lo social.

Lo anterior expuesto plantea una serie de interrogantes respecto de cuál será la manera más adecuada de apoyar en la formación de lectores competentes y activos, capaces de establecer un diálogo con el texto; en donde el acto de leer no sólo supone la decodificación de letras, sino la reflexión y la transformación de significados.

Es importante reconocer que el modo de estructurar las clases, el rol que asumen profesoras y profesores y el tipo de interacción que se permite en el aula, tienen impacto significativo en el aprendizaje; así como las formas de organización que se usan y el control que se ejerce en la conversación imprimen una diferencia en el tipo de lectores que se forman en las escuelas.

En este sentido, uno de los principales retos a los que se enfrentan actualmente las profesoras y los profesores es crear dentro del aula un ambiente con un fuerte sentido de comunidad, en donde la lectura y la exploración de sus significados se considere importante y significativa; por lo que resulta indispensable pensar en la construcción de situaciones didácticas eficaces como parte de su formación y actualización.

Por tal motivo, los TGA para el ciclo escolar 2003-2004, pretenden ofrecer un espacio de reencuentro con la palabra escrita, que permita al colectivo docente reflexionar acerca de la lectura como un proceso de construcción de significados determinados por las funciones y usos con las que se ejerce en el aula, a fin de establecer acuerdos para favorecer el desarrollo lector de los alumnos.

Es importante señalar que la temática propuesta en esta versión de los TGA es la misma que ocupará a los profesionales de educación especial, pues es necesario que tanto ésta como la educación regular trabajen el mismo aspecto para estar en posibilidad de tomar decisiones e implementar acciones conjuntas que beneficien a todas las alumnas y los alumnos.

Partiendo de la consideración de que la enseñanza y el aprendizaje de la lectura no es sólo cuestión de un nivel educativo, de un curso, de un ciclo escolar, de una asignatura o de un profesor, sino una cuestión de proyecto escolar, la propuesta de trabajo para este ciclo nuevamente invita al personal a continuar consolidando los colectivos escolares como equipos de trabajo, donde el aprendizaje de la lectura se conciba como tarea y responsabilidad de todos.