Segunda sesión

Uno, dos, tres... hablemos

Las palabras deben guardarse frescas, en un lugar hermético donde no las toque el tiempo: por si algún día no queda niño, mujer o abuelo con quién conversar.

J. Hugo Suárez Domínguez

Lucareli Santillana, Elisa A.
Cómo hacemos para enseñar a aprender, p. 62.

Propósito

Que el colectivo docente: