Sesión 2. Actividad 12
Lea la siguiente información a los maestros.
Obstáculos para escuchar activamente
- Tratar de memorizar: No debemos tratar de registrar todo lo que el emisor dice y grabarlo en la memoria para después meditarlo. Quizá nuestro deseo sea no perder nada del mensaje, pero este propósito puede ser inútil porque, si insistimos en memorizar al mismo tiempo que el mensaje está fluyendo en boca del emisor, esto nos provocará tensión y puede llegar el momento en que, cansados, dejemos de escuchar, porque no podemos retenerlo todo. Para esta situación es mejor ir captando y clasificando las ideas principales. Si queremos recordar algunos detalles, entonces podemos tomar algunos apuntes o notas.
- Atender falsamente: Se atiende con la presencia, mas no con el intelecto; establecemos un contacto visual con el emisor, asentimos con la cabeza, expresamos quizá gestos cordiales hacia el emisor, pero no estamos realizando procesos mentales para comprender el mensaje. Esta postura falsa puede convertirse en un mal hábito que, una vez arraigado, puede ser muy perjudicial. Ante este obstáculo, podemos empezar por reconocer si realmente tenemos interés para escuchar o el propósito de hacerlo; lo importante es no engañarnos, pues bien sabemos si escuchamos o no.
- Prejuzgar el contenido del mensaje sin haberlo oído: A veces el tema puede parecernos conocido o irrelevante, y el emisor poco interesante, mas no debemos juzgarlos antes de escucharlos. Debemos escuchar y esperar a que termine de hablar, porque muchas veces durante el desarrollo del mensaje surgen puntos de vista atractivos, y el tema para el cual teníamos pobres expectativas puede parecernos al final realmente valioso y de gran utilidad. Así que primero escuchemos, entendamos y luego juzguemos.
- Distraerse o soñar: Una mirada de alguien, un ruido ambiental, una persona que se mueve o transita por el lugar, la luz que se modifica, alguna palabra que nos evoca sentimientos, etc., cualquier cosa puede distraer a un mal oyente y llevarlo a imaginar, discurrir o soñar. El pensar que estamos allí para escuchar un mensaje útil, provechoso o importante y reconocer el esfuerzo que está haciendo el hablante para comunicarse con nosotros nos ayudará a concentrarnos más, a pensar en las ideas del mensaje y a evitar las distracciones y la ensoñación.
- Creer que ciertas ideas son siempre mejores que las que escuchamos: Es el caso de los receptores que piensan saber todo, y si los puntos de vista del hablante son diferentes, entonces creemos que están equivocados. La forma de percibir y de pensar puede ser diferente en cada persona, por lo que para escuchar ideas opuestas a las nuestras es necesario prepararnos con una mentalidad abierta para comprender diferentes puntos de vista. Tratar de ser objetivos para aceptar la diversidad de ideas ayudará a tener una nueva visión del mundo.