|
La ciudad de los dioses
|
El imperio azteca y los pueblos vecinos en
1520.
|
Cuando los aztecas llegaron al Altiplano a
principios del siglo
xiv,
|
Escultura de jaguar, perteneciente a la cultura
azteca.
|
encontraron un inmenso centro religioso
abandonado al que llamaron Teotihuacan. Tanta fue su impresión ante la
grandeza del lugar, que pensaron que había sido construido por gigantes
e inventaron el mito de que ahí se habían reunido los dioses para
asegurar la existencia del mundo.
La reacción de los aztecas no fue exagerada.
Teotihuacan es realmente el más notable de todos los centros religiosos
de América. Cuesta trabajo creer que fue construido por un pueblo que no
conocía las herramientas de metal, no tenía bestias de carga, ni
utilizaba máquinas simples para facilitar las obras de
edificación.
|
Maqueta que reconstruye la ciudad de
Teotihuacan.
|
A diferencia de otros centros religiosos que estaban
separados de las aldeas y las ciudades, la zona ceremonial de Teotihuacan
estaba rodeada por una gran concentración urbana que, según los
investigadores,
tenía en su momento de apogeo entre 125 mil y
250 mil habitantes y ocupaba unos 20 Km cuadrados. Era una de las cinco
ciudades más pobladas en el mundo de aquella época.
Teotihuacan está situado en un amplio valle, a 45 Km
de la Ciudad de México. La zona fue poblada desde épocas remotas,
pero fue hasta el siglo I a.C. cuando se inició la construcción
del centro ceremonial. Aunque éste fue edificado por etapas, al parecer
fue planeado como conjunto, según lo indican la armonía y
funcionalidad de la distribución de los edificios.
|
Estas figuritas de barro pintado, con grandes
tocados en la cabeza, nos muestran cómo vestían los antiguos
habitantes de Teotihuacan.
|
El origen de los fundadores de Teotihuacan es
incierto. Los restos escritos prácticamente no existen en esa zona, por
lo cual los historiadores sólo pueden hacer especulaciones. Algunos
especialistas creen que los teotihuacanos pertenecían al mismo tronco
racial del que se desprendieron después los toltecas y los mexicas.
|
Máscara de piedra decorada con mosaico de
turquesa, concha nácar y coral.
|
El conjunto ceremonial está formado por dos
grandes pirámides, la del Sol y la de la Luna y por templos, plataformas
y lugares de residencia distribuidos a los lados de la larga Calzada de los
Muertos. El edificio mayor, la pirámide del Sol, tiene lados de 215
metros, por lo que su base es semejante a la más grande de las
pirámides egipcias. El interior está formado por millones de
adobes y material de relleno y su exterior es de grandes piezas de piedra,
cortadas con exactitud para formar amplias escalinatas y planos verticales e
inclinados.
|
Detalle de la pirámide de
Quetzatcóatl, en Teotihuacan.
|
La parte residencial de la ciudad ha sido
investigada por los arqueólogos, quienes nos dicen que las casas eran
amplias y estaban hechas de adobe, piedra y madera. No tenían ventanas
hacia la calle, sino que los cuartos recibían la luz de un patio
central. Las casas tenían numerosos aposentos, por lo que se piensa que
eran habitadas por familias de muchos miembros que se dedicaban al mismo
oficio.
En Teotihuacan están representadas en pinturas y
esculturas las deidades que, bajo distintos nombres, fueron veneradas
después por otros pueblos mesoamericanos: las de la lluvia y el agua, el
Sol y la Luna, y la serpiente emplumada llamada Quetzalcóatl por los
aztecas, que representa a un dios civilizador, quien según el mito dio a
los hombres la ciencia y la sabiduría.
|
Sacerdote. Detalle de una pintura mural.
|
|
Calzada de los Muertos. Al fondo se levanta la
pirámide del Sol.
|
|