Historia. Quinto grado

Las artes

La arquitectura, la escultura y la pintura tuvieron un notable desarrollo en esta época. Las grandes obras nos transmiten una sensación de opulencia, que refleja el poder de reyes y autoridades religiosas, quienes fueron los principales patrocinadores de las artes. Sin embargo, muchos opinan que estas creaciones no alcanzaron la originalidad y la fuerza expresiva del arte del Renacimiento y que su belleza es disminuida por el exceso de elementos decorativos, estilo muy apreciado por la aristocracia de aquel tiempo.

Instrumentos de aliento contruidos en el siglo xviii.

Clavecín con doble teclado.

Una expresión artística que por entonces alcanzó la madurez fue la música para orquesta. Se perfeccionaron antiguos instrumentos de cuerdas, como el violín y se inventaron otros como el clarinete y el clavicordio, que es el antepasado del moderno piano. Se formaron orquestas que tenían entre 20 y 40 miembros; con ellas los compositores tenían amplísimas posibilidades de combinación de sonidos.

El desarrollo de la música había dependido en gran parte de las actividades religiosas, católicas o protestantes, pero por esta época tiene ya otros públicos: se ejecuta música en las cortes, en reuniones sociales y, por primera vez, en espectáculos públicos a los que la gente asiste pagando su boleto.

El gusto por la música se extendió mucho. Era común que los buenos aficionados aprendieran a tocar un instrumento y formaran grupos musicales con sus familiares y amigos.

El correo

Estamos tan acostumbrados a ciertos servicios públicos, que no tenemos la curiosidad de preguntarnos cuál es su origen y cómo han cambiado a lo largo del tiempo. Uno de ellos es el correo. Desde la época del imperio romano existía un servicio especializado en el transporte de cartas y pequeños paquetes. Sin embargo, era para el uso exclusivo del gobierno y aun las personas muy importantes tenían que emplear un mensajero particular. Se sabe que también los gobernantes de los aztecas y de los incas tenían un sistema parecido.

Fue hasta el siglo xvii cuando se estableció en Europa un sistema regular de correos, que pudiera ser utilizado por las personas comunes y corrientes. El caso de Francia es interesante: hacia 1750 el gobierno controlaba unas 900 oficinas de correos, que contaban con un establo de caballos resistentes y veloces.

Si una persona quería enviar una carta la llevaba a una de esas oficinas y pagaba una cuota, de acuerdo con la lejanía del punto de destino. Dos o tres veces a la semana un cartero recorría a caballo una ruta determinada y dejaba las cartas que correspondían a cada oficina. Ahí cambiaba la cabalgadura para no agotar a los animales. Se consideraba que un buen cartero podía viajar 90 kilómetros por día.

Aunque la utilización del correo se fue extendiendo, la gente tenía muchas quejas. No había entrega a domicilio, de modo que quien esperaba una carta debía acudir a la oficina postal. Los carteros eran asaltados con cierta frecuencia y por eso se prohibió el envío de sumas importantes de dinero. Además, la gente denunciaba que no faltaban curiosos que leyeran la correspondencia ajena.

1649