XIV. LA UTILIZACIÓN DE LOS RECURSOS QUÍMICOS DEL AGUA DE MAR
E
L APROVECHAMIENTO
de los recursos químicos del océano se encuentra en sus inicios, debido a que es necesario procesar grandes cantidades de agua del mar para lograr obtenerlos en pequeñas proporciones lo que hace, hasta el momento, en la mayor parte de los casos incosteable su extracción.Uno de los compuestos en el que se ha logrado un bajo costo de explotación es el cloruro de sodio o sal común, que es aprovechada por el hombre directa o indirectamente, calculándose que en las salinas de todo el mundo existe una reserva para atender las necesidades de la humanidad durante mil años; sabiendo que como término medio, cada ser humano consume al año 8 kilos de sal.
Otro de los compuestos que se extrae de manera costeable, es el magnesio, gracias a su abundancia. Se encuentra disuelto en el agua del mar acompañado por otras sales como las que se forman a base de sodio, potasio y calcio, por lo que es imposible obtenerlo por la simple evaporación, ya que todas las sales que están con él cristalizan simultáneamente y es preciso recurrir a un método que obligue al magnesio a precipitarse por sí solo formando la magnesia, que es un óxido de este elemento, obtenido por la utilización de la cal. El empleo de este metal tan ligero en diversas industrias ha permitido el desarrollo de los métodos de extracción en el presente siglo, y en la actualidad la mayor parte de este elemento se obtiene del agua del mar a pesar de que también se encuentra en tierra.
La planta Dow Chemical Company fue la primera que logró extraer, en 1916, una tonelada de magnesio marino. A partir de 1943, en los Estados Unidos se ha incrementado esta industria y para ese año se lograron obtener 82 000 toneladas, sobre una producción total en el mundo de 240 000 toneladas, es decir el 34 por ciento. Como actualmente se consume en cantidades cada vez más grandes en la industria de las aleaciones ligeras, cimiento de la navegación aérea y de la industria del automóvil, la producción mundial alcanza más de 10 millones de toneladas.
El magnesio, fácilmente oxidable, arde al aire, produciendo una llama blanca de brillo deslumbrador, por lo que los fotógrafos lo usaban en polvo, en hilos o en cintas, que actualmente han sido sustituidas por bombillas del mismo metal, de manejo más cómodo y seguro.
El potasio, también es un elemento que el hombre obtiene por métodos rentables de las aguas marinas en forma de hidróxido de potasio o potasa, para utilizarlo principalmente como abono. Además se emplea para producir jabones y detergentes blanqueadores y en la fabricación de explosivos.
Su extracción es muy difícil porque con él también se encuentran el sodio y el magnesio, con los que se forman sales dobles, como el cloruro o el sulfato magnésico-potásico.
El potasio no se precipita en las salinas, sino que permanece en salmuera, es decir, agua cargada de sal, en donde se concentra hasta más de 100 veces a la proporción normal del agua del mar.
La producción de potasa ha aumentado en el mundo. En los Estados Unidos se extrae explotando las aguas madres de las salinas del mar y de los grandes lagos salados del interior, obteniendo cientos de miles de toneladas de potasa, que sin embargo, no bastan para satisfacer sus necesidades, cada vez mayores. Los ingleses intensificaron la producción de la potasa en el Mar Muerto. Los italianos instalaron fábricas en Nápoles, entre otros países.
El último elemento que se considera que se obtiene con tecnología costeable es el bromo. Es curioso conocer que ésta fue la primera sustancia extraída del agua del mar: en 1826, Balard, procesando la salmuera tratada por el cloro, que presenta un color rojo anaranjado, logró separar el bromo.
Actualmente lo extraen por este mismo método, ponen en contacto el agua marina concentrada en salmuera con el gas cloro presentándose una reacción en la que se disuelven los bromuros. Estos bromuros, una vez liberados, son arrastrados por su mezcla con otros componentes; luego se agrega el ácido sulfúrico que libera el bromo, cuyos vapores son condensados. Como el transporte del bromo es difícil y peligroso, las fábricas que lo producen lo comercializan elaborando productos derivados que le entregan a la industria para su utilización.
En la primera Guerra Mundial se empleó en la fabricación de gases asfixiantes; antes se usaba para preparar materias colorantes en farmacia y en fotografía que sólo consumían insignificantes cantidades. Desde 1940, gracias al descubrimiento de las sustancias antidetonantes que se preparan con bromo, la producción mundial de este elemento llegó a las 30 000 toneladas, y desde entonces tiende a aumentar. En nuestros días, la gran mayoría del bromo que se utiliza es de origen marino y se consumen cientos de toneladas al año en preparación de gasolinas.
Existen otros elementos que en el agua de mar se encuentran en bajas proporciones, pero se han logrado utilizar obteniéndolos a partir de los organismos que los fijan en su cuerpo o en sus esqueletos, tal es el caso del calcio que en forma de carbonatos se encuentra en gran número de seres vivos como las algas coralinas, los foraminíferos, los corales, los moluscos, los artrópodos, etcétera.
Cuando los restos de estos organismos caen al fondo del océano se acumulan sedimentos llamados, según el caso, barros de foraminíferos, barros coralinos, arenas conchíferas, etcétera y que son ricos en calcio formando calizas que el hombre explota industrialmente.
Otros elementos además de presentar concentraciones mínimas, no son fijados por los organismos, por lo que son llamados, desde el punto de vista industrial, elementos secundarios. Algunos de ellos, como el hierro, el cobre y el oro han llamado la atención del hombre.
El hierro se encuentra en estado de partículas de hidróxido férrico, cuya solubilidad es débil en el medio marino. Se origina de la erosión de rocas continentales llegando al mar por los aportes fluviales, formando yacimientos que se han acumulado desde el periodo Terciario. También este elemento es asimilado por organismos marinos, sobre todo las diatomeas, donde se encuentra en una concentración 6 000 veces mayor que en el agua marina.
El cobre llega al océano por los aportes de agua dulce, que es más rica en este elemento. Este metal interviene en el ciclo vital de los organismos marinos de diversas formas, por ejemplo favorece la fijación de las larvas de las ostras y su metamorfosis hasta la fase adulta.
Si la concentración del cobre es de un gramo por metro cúbico, se convierte en tóxica para los organismos marinos. Esta propiedad ha sido utilizada por el hombre para conservar la superficie sumergida de las embarcaciones, limpia de organismos.
Se ha calculado que un metro cúbico de agua del mar contiene 0.008 miligramos de oro y que reunido todo el oro del mar, se formaría un cubo de 800 metros de lado, con 10 000 millones de toneladas que se estima que contiene todo el volumen del agua oceánica. De ahí que algunos hombres se propusieran extraer el oro marino, dándose cuenta posteriormente que no era costeable.
Además, entre los elementos secundarios se encuentran también aluminio, yodo, arsénico, plomo, uranio, cobalto, níquel, mercurio, plata, nitrógeno y muchos más de interés para el hombre, cuya extracción industrial por el momento no es rentable pero, debido al descenso de las reservas continentales de estos elementos, se tiene que pensar que en el futuro el mar representaría el lugar de donde obtenerlo.
El mayor compuesto que se encuentra formando a los océanos es el agua pura libre de sales. Los adelantos de la ciencia y la tecnología permiten al hombre obtener agua dulce del mar por métodos cada día más baratos; sin embargo, han pasado muchos años para que empiece a resultar costeable desalinizar el agua de mar y competir con los suministros naturales de agua dulce.
El océano está convirtiéndose cada vez mas en una fuente para la creciente demanda mundial de agua dulce, especialmente en las regiones desérticas y en las fajas de agua dulce. La producción mundial de agua desalinizada suma actualmente algo menos de un millón de metros cúbicos diarios, valuado en varios millones de dólares anuales.
En conclusión, está claro que los océanos tienen un gran potencial como fuente de minerales y como fuente de agua dulce para satisfacer las crecientes necesidades humanas, pero hay que tomar en cuenta que los recursos potenciales no tienen valor, a menos que se les pueda explotar de manera costeable, y en competencia con el aprovechamiento de otros recursos; para esto se debe acelerar la investigación científica de los océanos y enriquecer la tecnología, desarrollando nuevos métodos, a fin de utilizar sus recursos químicos potenciales con mayor efectividad.
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