XXXIX. EL NITR�GENO DE LAS PLANTAS

DESDE hace siglos la rotaci�n de cultivos se usa empíricamente por numerosos agricultores para renovar las tierras de labor. Pero con el aumento escandaloso en la demanda mundial de alimentos, desde hace muchos a�os se ha buscado la manera de darle una manita a la naturaleza. Se sabe que el elemento esencial para los cultivos es el nitr�geno y que la principal dificultad estriba en que la mayor�a de las plantas no pueden "fijarlo", esto es, no pueden asimilar el nitr�geno molecular tan abundante en nuestra bi�sfera, sino s�lo el nitr�geno contenido en el amon�aco.

La manera f�cil, o bruta, de remediar esta deficiencia consiste en suministrar a las plantas el amoniaco en forma adecuada; esto ha propiciado la construcci�n de gigantescas plantas de amoniaco que usan un proceso qu�mico conocido como de Haber, el cual involucra el consumo de grandes cantidades de petr�leo o carb�n, y el manejo de las sustancias a temperaturas de 500°C y a presiones hasta de 400 atm�sferas. Por ello, la producci�n industrial de amoniaco ha sido y sigue siendo una piedra clave en el esfuerzo por incrementar la productividad agr�cola, incluso en pa�ses como el nuestro, donde coexiste pac�ficamente la agricultura tecnificada con amplias regiones que todav�a no salen de la etapa neol�tica.

Pero hay dos razones para buscar otras soluciones del problema. La primera raz�n es de pesos: con los energ�ticos cada d�a m�s caros, el amoniaco y los fertilizantes que lo usan, tambi�n son cada vez menos baratos. La segunda raz�n es m�s profunda: comparado con el proceso industrial, el proceso que tan naturalmente usa la naturaleza en muchas bacterias y plantas que s� fijan el nitr�geno (y que son aqu�llas cuyo cultivo hay que alternar en la rotaci�n de plant�os) es mucho m�s eficaz. El que este proceso natural sea adem�s de eficaz tremendamente complejo, es m�s bien un acicate al ingenio y al tes�n de los investigadores.

En la naturaleza, el nitr�geno se convierte en amoniaco gracias a la acci�n de una enzima de estructura muy complicada, llamada nitrogenasa. Formada por dos prote�nas con pesos moleculares de 220 000 y 60 000, la nitrogenasa es sujeto de intensas investigaciones por grupos en diversas partes del mundo. El objetivo de estas investigaciones es la formulaci�n de un modelo del funcionamiento de esa enzima, el cual claramente s�lo se alcanzar� despu�s de muchos esfuerzos ya que, como expres� el doctor Leigh, de la Universidad de Sussex: "No podemos construir un modelo de algo que nos es esencialmente desconocido."

No obstante esta realista expresi�n de modestia cient�fica, queda un camino por explorar y que tal vez redit�e en un plazo mediato, pero no muy largo: independientemente de nuestra ignorancia sobre el mecanismo natural de fijaci�n, se estudia ya la manera de aislar e identificar los genes responsables del control de dicho mecanismo, lo cual, aunado a las cada vez m�s refinadas t�cnicas de ingenier�a gen�tica, permitir�a finalmente transferir esos genes a las plantas. �sta es una de las prometedoras l�neas de investigaci�n que se est�n siguiendo en los centros de Ingenier�a Gen�tica y de Fijaci�n de Nitr�geno, que la Universidad Nacional tiene en la ciudad de Cuernavaca.

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