CONTRAPORTADA

Desde �pocas remotas el hombre ha sospechado que en el interior de la Tierra la temperatura es m�s elevada que en la superficie como lo evidencian los volcanes, los manantiales termales, el calor que se experimenta al descender por una gruta. Ya en nuestro siglo, gracias a los avances en la t�cnica de perforaci�n de pozos, se comenz� a hacer mediciones de la variaci�n de la temperatura de acuerdo con la profundidad y se lleg� a la conclusi�n de que en zonas normales —donde no se manifiestan fen�menos de vulcanismo o termales— la temperatura de la corteza de la Tierra aumenta a un ritmo de 30°C por kil�metro de profundidad. Esto llev� a los cient�ficos a considerar que en alguna parte del interior de nuestro planeta existe una fuente t�rmica que irradia hacia la superficie un calor que, de acuerdo con las m�s recientes teor�as cient�ficas, proviene de los cataclismos c�smicos que produjo la formaci�n del Sistema Solar y de nuestro planeta; lo que se denomina "diferenciaci�n gravitacional", el hundimiento de los elementos m�s pesados y el afloramiento de los m�s ligeros. Esta redistribuci�n se efectu� con gran liberación de energ�a por fricci�n que produjo la fusi�n de la mayor parte del material que compon�a la Tierra. Esta teor�a, entre otras cosas, deja sin base de sustentaci�n a la hermosa novela de Jules Verne, Viaje al centro de la Tierra.

La doctora Rosa Mar�a Prol se preocupa en especial en este libro de subrayar la importancia del estudio de la energ�a t�rmica de la Tierra. As�, describe las manifestaciones termales superficiales en general, estableciendo su relaci�n con los procesos internos de la Tierra. Destaca tambi�n la utilidad de los campos geot�rmicos, como el de Cerro Prieto en Baja California Norte, como fuentes alternas de producci�n de energ�a el�ctrica, pero con esp�ritu cient�fico se esfuerza por dejar claro que el estudio del calor de la Tierra no debe verse exclusivamente con ojos pragm�ticos sino que, sobre todo, debe estudiarse como una parte esencial en el conocimiento del planeta en que vivimos. Tambi�n se adelanta a los catastrofistas que vaticinan un apocalipsis si se agota el calor contenido en el interior de la Tierra: "Sin duda llegar� el d�a en que nuestro mundo se enfr�e —afirma— ; mas, de acuerdo con las p�rdidas de calor observadas y, de continuar �stas con el mismo ritmo, faltan a�n muchos millones de a�os para que ocurra tal cosa".

Rosa Mar�a Prol es licenciada en f�sica y maestra en geof�sica de la Facultad de Ciencias de la UNAM. Se doctor� en ciencias f�sico-matem�ticas en el Instituto de F�sica de la Tierra de la Academia de Ciencias de la URSS; es investigadora nacional desde 1984 as� como investigadora titular del Instituto de Geof�sica de la UNAM.

Diseño: Carlos Haces/Fotografía: Carlos Franco

InicioAnteriorPrevio