III. LA UTILIZACI�N DEL CALOR TERRESTRE

ADEM�S de la importancia cient�fica que tiene el estudio del calor contenido en la Tierra y del valor est�tico en cuanto a belleza natural de sus manifestaciones superficiales, �ste es importante tambi�n como recurso energ�tico; especialmente en las condiciones actuales de consumo creciente y la b�squeda de fuentes alternas de energ�a.

Las manifestaciones del calor terrestre han sido utilizadas desde hace siglos tanto con fines recreacionales y medicinales, como para la extracci�n de los minerales que los fluidos termales arrastran y acumulan en la superficie o bien a profundidades someras. Sin embargo ha sido s�lo a principios de este siglo que la explotaci�n de los recursos geot�rmicos se ha extendido y desarrollado en forma impresionante, especialmente en regiones de actividad tect�nica, donde la alta temperatura de los fluidos descargados permite su utilizaci�n sobre todo en la producci�n de energ�a el�ctrica, pero tambi�n para calefacci�n y algunos otros usos industriales.

La principal restricci�n al uso de la energ�a geot�rmica es la dificultad para su transporte, por lo que preferentemente se trata de transformarla a energ�a el�ctrica. En compensaci�n a esta deficiencia, se tiene su versatilidad para la utilizaci�n directa, lo cual se muestra en la figura 20. En esta figura se dan los usos posibles de los fluidos geot�rmicos con la temperatura m�nima requerida para �stos. Gracias al avance de la tecnolog�a se han podido superar muchos problemas en la utilizaci�n de la energ�a geot�rmica y en la actualidad es posible aprovechar sus recursos en un rango muy amplio de temperaturas, o bien explotarlos "en cascada", lo cual equivale a seguir extrayendo energ�a de fluidos que han pasado ya por alguna etapa de su uso: por ejemplo los fluidos que son desechados por una estaci�n geotermoel�ctrica a una temperatura de m�s de 100°C, pueden a�n ser utilizados para el enlatado de comida, extracci�n de sales y posteriormente para calefacci�n, refrigeraci�n, invernaderos, etc., hasta que finalmente, ya a una temperatura menor de 30°C, sean usados en albercas para recreaci�n o en criaderos de peces. De esta forma, se extrae el contenido energ�tico de los fluidos geot�rmicos con un m�ximo de eficiencia En varios pa�ses como Nueva Zelanda y Francia se implementa ya la utilizaci�n "en cascada" por ser econ�micamente m�s rentable.

Es necesario aclarar que la temperatura no es el �nico requerimiento para el uso de la energ�a geot�rmica, sino que para su explotaci�n es necesario contar con los siguientes factores: la disponibilidad de suficiente fluido (agua y/o vapor) para que transporte el calor de las profundidades a la superficie, de zonas permeables que permitan este transporte y a la vez de una recarga que reemplace al fluido que es extra�do. Adem�s, es preferible que los fluidos geot�rmicos est�n libres de productos qu�micos que puedan corroer o da�ar las instalaciones para su extracci�n y aplicaci�n.

Por supuesto que no todos los usos que se mencionan en la figura 20 son igualmente aplicados, los m�s extendidos en lo que respecta a cantidad de energ�a obtenida son: producci�n de energ�a el�ctrica, calefacci�n, agricultura, ganader�a y balneolog�a, adem�s de la extracci�n de minerales que no produce energ�a pero que es una utilidad muy importante de las manifestaciones termales. Estos usos son vistos con m�s detalle en las siguientes secciones de este cap�tulo.

BALNEOLOG�A

La balneolog�a es el uso m�s antiguo que se le ha dado a la energ�a geot�rmica. Desde hace muchos siglos varios pueblos como los romanos, griegos, aztecas, japoneses, turcos, maor�es y algunos otros, utilizaban los manantiales termales para tomar ba�os, ya que las inmersiones en agua caliente son relajantes para los m�sculos cansados o bien inger�an las aguas del manantial, que a menudo consideraban medicinales. Sin embargo, muchas de las propiedades curativas que se les atribuyen carecen de una comprobaci�n cient�fica, aunque s� se sabe que algunas aguas de origen termal tienen efectos laxativos.

 


Rango aproximado de temperatura (ºC)

Algunos usos de la energía geotérmica


           
Rango de producción convencional de energía eléctrica
180
Refrigeración por evaporación de amoniaco
170
Producción de agua pesada
Secado de tierras diatomáceas
160
Secado de pescado
Secado de madera
150
Obtención de alúmina
140
Enlatado de alimentos
           
 
Secado de productos agrícolas
 
130
Evaporación en el refinado de azúcar
 
Extracción de sales por evaporación y cristalización
 
Producción de agua potable por destilación
 
120
Evaporación con fines diversos
 
110
Secado de placas de cemento
 
100
Secado de materiales orgánicos (vegetales, algas, etc.)
 
Lavado y secado de lana
 
90
Secado de bacalao
 
Procesos intensivos de descongelación
 
80
Calefacción
 
70
Límite inferior de temperatura para procesos de refrigeración
 
60
Invernaderos y ganadería
 
50
Crecimiento de hongos
 
Balneología
 
40
Calentamiento de suelos
 
30
Albercas
 
Biodegradación
 
Fermentación
 
Agua caliente para trabajos de minería en climas fríos.
 
20
Piscicultura

Figura 20. Diagrama de Lindal.

En la actualidad, la balneolog�a es uno de los usos m�s extendidos de los manantiales termales, ya que �stos pueden ser utilizados para este fin en un rango muy amplio de temperaturas y composiciones, lo cual no es v�lido para otros usos como se ver� posteriormente. Las aguas de los manantiales termales se utilizan no s�lo en balnearios, spas, etc. sino que tambi�n son embotelladas para consumo humano en una gran variedad de aguas minerales que se venden en todo el mundo.

La balneolog�a es considerada por muchos autores como una subutilizaci�n de la energ�a geot�rmica, ya que esta aplicaci�n no implica ninguna elaboraci�n o transformaci�n de los fluidos geot�rmicos; sin embargo, este uso contribuye a la explotaci�n de los recursos geot�rmicos a nivel mundial con una cantidad importante de energ�a utilizada.

CALEFACCI�N

La calefacci�n es otro de los usos que desde hace tiempo se le ha dado, en peque�a escala, a las aguas termales. El contenido energ�tico de �stas puede ser extraido para elevar (o hacer descender) la temperatura de casas habitaci�n o cualquier tipo de edificios a un costo mucho menor (econ�mica y ecol�gicamente) del que se tendr�a si se utilizaran combustibles f�siles. En Estados Unidos se efectu� un estudio acerca de los usos de la electricidad y se observ� que cerca del 30% del consumo de �sta se destinaba a calefacci�n. Al transformar la energ�a geot�rmica en el�ctrica las p�rdidas son de m�s de un 50% en comparaci�n con lo que se obtendr�a si se usara directamente la energ�a geot�rmica para calefacci�n.

Aguas termales con temperaturas hasta de 50°C han sido utilizadas para calefacci�n, por lo que se ha establecido la posibilidad de usar para este fin campos semitermales y acu�feros de relativamente baja temperatura, los cuales adem�s presentan generalmente la ventaja de una menor mineralizaci�n y poder corrosivo, facilitando as� la utilizaci�n directa del contenido energ�tico de las aguas. De esta forma, pa�ses a los que se les consideraba carentes de recursos geot�rmicos (como Francia, Austria, Alemania, Inglaterra y otros), se encuentran actualmente en una etapa avanzada en la explotaci�n de la energ�a de aguas termales de baja temperatura.

S�lo en pocos lugares el agua caliente que se extrae de los pozos es suficientemente pura para poderla utilizar directamente en radiadores para calefacci�n. En general, el agua que se obtiene de los pozos contiene compuestos con propiedades corrosivas, por lo que para ser utilizadas es necesario emplear intercambiadores de calor, por medio de los cuales el contenido calor�fico de las aguas termales es transferido a agua pura, que es la que va a transportar la energ�a a las casas y edificios para su calefacci�n.

El aspecto de la calefacci�n es especialmente importante en pa�ses con inviernos fr�os (como lo son casi todos los pa�ses desarrollados). En particular en Islandia, la calefacci�n es necesaria durante todo el a�o y no es sorprendente que �ste haya sido el primer pa�s que tuvo un sistema de calefacci�n geot�rmica central para todo un distrito a principios de este siglo; actualmente m�s de dos tercios de la poblaci�n total de Islandia gozan de calefacci�n con base en energ�a geot�rmica. Otros pa�ses que tambi�n usan aguas termales en sus sistemas de calefacci�n son: Estados Unidos, Jap�n, Nueva Zelanda, Hungr�a, China, Checoslovaquia, Austria, la Uni�n Sovi�tica y Francia. Especialmente en Francia se tienen planes muy ambiciosos de expander los servicios de calefacci�n geot�rmica a varias partes del pa�s a partir del �xito econ�mico y t�cnico que se ha obtenido en lugares como Melun y Meaux.

Adicionalmente, los fluidos geot�rmicos tambi�n pueden ser empleados para enfriamiento y en sistemas de aire acondicionado que pueden funcionar como enfriadores en verano y como calefacci�n en invierno. Tales sistemas se encuentran ya en operaci�n en el Hotel Internacional en Rotorua (Nueva Zelanda) y en un motel de Klamath Falls en Oregon (EUA). Adem�s en Jap�n se tienen numerosos sistemas de aire acondicionado en peque�a escala para casas y edificios, los cuales utilizan fluidos geot�rmicos para su consumo de energ�a.

AGRICULTURA Y GANADER�A

La mayor parte de los usos que se dan a los fluidos geot�rmicos al aplicarlos a la agricultura y ganader�a son para la calefacci�n de espacios. El uso de recursos geot�rmicos para proveer el calor necesario en invernaderos es practicado en un gran n�mero de pa�ses: Francia, Hungr�a, Islandia, Italia, Jap�n, Nueva Zelanda, Rumania, Estados Unidos, la Uni�n Sovi�tica, India y algunos otros. Por ejemplo, en Islandia se cultivan unas 1 000 toneladas de vegetales en un �rea de 11 hect�reas utilizando fluidos geot�rmicos, con lo que ese pa�s se ahorra al a�o cerca de 20 000 toneladas m�tricas de petr�leo, que gastar�a si los invernaderos utilizaran este combustible.

�sta no es la �nica utilidad del agua termal en la agricultura, sino que tambi�n se le usa para calentar el suelo, lo cual se ha observado que aumenta el rendimiento de la tierra en 40 y hasta 60% dependiendo del cultivo de que se trate, y con el uso combinado de invernaderos y calentamiento del suelo se ayuda y acelera el crecimiento de las plantas en viveros y jardines bot�nicos. Cuando la temperatura del agua es lo suficientemente alta, tambi�n se le puede usar para esterilizar el suelo contra insectos y bacterias, �sta es una pr�ctica com�n en Jap�n. Otros usos que se dan a los fluidos geot�rmicos son por ejemplo en el secado de semillas.

Por otra parte, en Jap�n se ha comprobado que se obtiene un mayor rendimiento en la cr�a de aves cuando se cuenta con calefacci�n de las granjas en invierno. Adem�s de la calefacci�n de establos y granjas, los fluidos termales pueden ser usados para la pasteurizaci�n de leche, la incubaci�n de pollos, la biodegradaci�n de desechos org�nicos, el lavado y secado de lana, etc�tera.

Los criaderos de peces son otra de las actividades que se han visto favorecidas con el uso de fluidos geot�rmicos, utiliz�ndose con bastante �xito en Islandia, Jap�n y Escocia.

USOS INDUSTRIALES

Al estudiarse las posibilidades de utilizar directamente en la industria la energ�a contenida en los fluidos geot�rmicos, se lleg� a la conclusi�n de que una gran cantidad de procesos industriales pod�an efectuarse con las temperaturas de los fluidos geot�rmicos disponibles gracias a la tecnolog�a actual y que muchos otros pod�an a�adirse a esa lista si en el futuro se lograra obtener temperaturas m�s altas. En principio hay que distinguir los procesos que ya se est�n llevando a cabo en la escala comercial, de los que a�n se contemplan solamente como prospectos promisorios. En esta secci�n �nicamente mencionaremos los primeros, dejando los segundos para la �ltima secci�n de este cap�tulo como una r�pida mirada hacia el futuro de la geotermia.

En la actualidad no se cuenta con una lista completa de todas las industrias que utilizan directamente recursos geot�rmicos como energ�tico o bien como materia prima. Sin embargo, los ejemplos que se dan a continuaci�n sirven para mostrar las posibilidades econ�micas del uso directo de los recursos geot�rmicos en la industria:

1. Secado de productos agr�colas. Se utiliza en Estados Unidos y Nueva Zelanda.

2. Procesado de alimentos. En Estados Unidos y Filipinas.

3 .Manufactura de textiles; te�ido, lavado y secado de lana. En China y Nueva Zelanda.

4. Manufactura de papel. En Australia, Nueva Zelanda y China.

5. Fermentaci�n. En Jap�n.

6. Extracci�n de sustancias �tiles. En Italia y China.

7. Producci�n de �cido sulf�rico. En Nueva Zelanda.

8. Producci�n de etanol. En Estados Unidos.

9. Producci�n de �cido b�rico. En Italia.

10. Producci�n y refinamiento de tierras diatom�ceas. En Islandia.

11. Manufactura de cemento. En Islandia y China.

12. Facilitamiento de operaciones mineras en �reas de suelo permanentemente congelado. En la Uni�n Sovi�tica.

13. Cura de madera. En Nueva Zelanda.

14. Manufactura de revestimientos. En Nueva Zelanda.

PRODUCCI�N DE ELECTRICIDAD

La transformaci�n de la energ�a geot�rmica en el�ctrica es tal vez su mayor aplicaci�n pr�ctica (casi la tercera parte) y la que atrajo la atenci�n en el nivel mundial hacia este recurso, ya que de las fuentes alternas de energ�a, es una de las que han demostrado ser econ�micamente factibles. La obtenci�n de electricidad a partir de fluidos geot�rmicos tiene una eficiencia relativamente baja en comparaci�n con las plantas termoel�ctricas convencionales, debido a la baja temperatura de los fluidos geot�rmicos (que tienen un m�ximo de aproximadamente 380°C). Sin embargo, las plantas geotermoel�ctricas son econ�micamente redituables debido al costo tan bajo del calor obtenido (en comparaci�n con los combustibles f�siles), adem�s de las ventajas que tiene en cuanto a un m�nimo de contaminaci�n ambiental. En el caso de la geotermia, se han estudiado los efectos que la explotaci�n de un campo puede tener sobre la flora y la fauna local y aun cuando todav�a quedan muchas investigaciones por hacer, se puede decir con base en la evidencia que se tiene en la actualidad, que es �sta una de las formas de energ�a que genera menos contaminaci�n, sobre todo en comparaci�n con los combustibles f�siles (que son de los mayores y m�s peligrosos agentes de degradaci�n ambiental) y con los problemas de contaminaci�n radiactiva que a�n no se han resuelto en la utilizaci�n pac�fica de la energ�a nuclear.

Figura 21. Esquemas simplificados de diferentes tipos de plantas geotermoel�ctricas, los cuales muestran c�mo se utiliza el fluido que sale del pozo geot�rmico hasta llevarlo a una turbina que lo transforma en energ�a el�ctrica.


El potencial energ�tico del vapor que alimenta una planta geotermoel�ctrica va a depender no s�lo de su presi�n y temperatura, sino tambi�n de su calidad (contenido de gases), la presi�n de expulsi�n de las turbinas y la configuraci�n general de la planta. Las plantas geotermoel�ctricas tienen diferentes esquemas de acuerdo al tipo de fluido que alimente las turbinas y la presi�n a la que salga de �stas. En general se tiene una configuraci�n como la mostrada en la figura 21. El fluido que sale del pozo geot�rmico es llevado a un separador ciclotr�nico (Figura 22) donde el vapor y el agua que originalmente estaban mezclados en el fluido geot�rmico son separados y el vapor se hace pasar por turbinas conectadas a generadores que van a transformar la energ�a cin�tica del vapor en energ�a el�ctrica (Figura 23). A la salida de las turbinas se tiene usualmente una presi�n menor que la atmosf�rica (por ser esta opci�n m�s efciente) por lo que es necesario entonces instalar condensadores para el vapor de desecho, as� como extractores para los gases no condensables. Tambi�n existen turbinas que descargan a presi�n atmosf�rica, pero econ�micamente son menos redituables y por lo general son utilizadas como plantas piloto. Por otra parte, el l�quido que sale de los separadores puede ser nuevamente pasado por otros separadores a menor presi�n, obteniendo as� una cantidad mayor de vapor y aumentando la capacidad de la planta.

Figura 22. Descripci�n de la separaci�n del l�quido y del vapor que forman un fluido geot�rmico, por medio de un separador ciclotr�nico, en el cual el vapor y los gases, por ser m�s ligeros, tienden a concentrarse en la parte superior, dejando escapar el l�quido por la parte inferior del separador.

 

 

Figura 23. Turbinas accionadas por vapor provenientes de pozos geot�rmicos en la planta el�ctrica de Wairakei (Nueva Zelanda).

Tanto el agua que expulsan los separadores, como el condensado deben ser desechados. En algunos casos se les arroja al torrente de r�os (Wairakei, N.Z.) o al mar (Ahuachapan, El Salvador), o bien a lagunas de evaporaci�n (Cerro Prieto, M�xico); pero actualmente se ha demostrado que es m�s provechoso reinyectarlos, lo cual adem�s de evitar problemas de contaminaci�n (qu�mica y t�rmica) de r�os y mares, ha probado ser ben�fico para los yacimientos, ya que ayuda a disminuir el descenso de la presi�n y si se combina con la estructura hidrogeol�gica del campo, es posible evitar la entrada directa al yacimiento de aguas subterr�neas fr�as, como se ha observado en Cerro Prieto.

Actualmente la producci�n de electricidad con energ�a geot�rmica es a�n baja con respecto al total de energ�a producida en el �mbito mundial. Una de las principales restricciones es la localizaci�n de sistemas geot�rmicos, ya que relativamente muy pocos pa�ses cuentan con este recurso. Como ejemplo de pa�ses con un potencial geot�rmico importante para la producci�n de energ�a el�ctrica tenemos a Jap�n, Filipinas, Indonesia, Italia, Islandia, Estados Unidos, M�xico, El Salvador, Nicaragua y Nueva Zelanda (Figura 24).



Figura 24. Campo geot�rmico de Wairakei en el cual se observan los pozos, separadores, silenciadores y red de tuber�as para transportar el vapor a la planta.


DEP�SITOS MINERALES

Un dep�sito mineral es una concentraci�n natural de minerales en la corteza terrestre. Estas zonas de mineralizaci�n pueden o no ser explotables econ�micamente dependiendo de la concentraci�n o grado del mineral que se pretenda aprovechar y del �rea que abarquen. Los dep�sitos de minerales se pueden formar de muchas y muy variadas maneras; por ejemplo, se pueden precipitar a partir del agua de mar o de lagos, o separarse de las aguas de los r�os que los arrastran en lugares donde disminuya la fuerza de la corriente, tambi�n pueden concentrarse al separarse varios minerales con diferente temperatura de solidificaci�n al enfriarse una intrusi�n magm�tica, o bien, pueden ser depositados a partir de una soluci�n hidrotermal. En particular los dos �ltimos tipos de dep�sitos pueden considerarse como un resultado indirecto de la actividad generada por el calor contenido en el interior de la Tierra.

Muchos de los dep�sitos de minerales m�s importantes que se explotan en la actualidad se han formado en relaci�n con sistemas geot�rmicos. Existen tambi�n dep�sitos que se formaron por la sedimentaci�n de material que fue erosionado, arrastrado y concentrado en alg�n lugar hasta formar una zona mineralizada, pero muchas veces �stos tambi�n derivaron de un dep�sito formado originalmente por circulaci�n hidrotermal. Como ejemplo tenemos la erosi�n del dep�sito Mother Lode, que dio origen a las concentraciones de mineral en los r�os que provocaron la "fiebre del oro" en California.

Los sistemas volc�nicos tambi�n generan dep�sitos minerales caracter�sticos, por ejemplo los de cromo. Estos dep�sitos se originan en la diferenciaci�n que tiene lugar en una intrusi�n magm�tica al solidificarse �sta. Esta diferenciaci�n hace que los metales m�s pesados se acumulen en el fondo, mientras que algunos elementos que presentan afinidad qu�mica con compuestos m�s ligeros, como los silicatos, tienden a concentrarse en las partes superiores y pueden ser arrastrados posteriormente por los fluidos termales que evolucionan a partir de las intrusiones magm�ticas. Tambi�n se sabe que las fumarolas en regiones volc�nicas depositan algunos minerales que tienen en soluci�n, siendo el azufre y el boro especialmente abundantes.

Los materiales termales forman extensos dep�sitos con los productos de la alteraci�n hidrotermal y en algunos de ellos se han encontrado concentraciones econ�micamente explotables de oro, plata, ars�nico, antimonio, mercurio, talio, bario, uranio, plomo, zinc, cobre, tungsteno, molibdeno y fl�or.

Tambi�n se ha observado que en el fondo de los oc�anos se localizan acumulaciones importantes de n�dulos polimet�licos. Estos n�dulos son esf�rulas de varios cent�metros de di�metro, formadas por varios metales en diferentes concentraciones, principalmente contienen manganeso y fierro (respectivamente 16% y 15.6% en promedio), aunque tambi�n es econ�micamente importante su contenido de n�quel (0.49%), cobalto (0.30%) y cobre (hasta 0.37%). Los mecanismos de formaci�n de estos n�dulos a�n no se han desentra�ado en su totalidad, pero se supone que tienen relaci�n con la circulaci�n de fluidos termales que es generada por la intrusi�n de material magm�tico en los sedimentos del fondo durante los procesos de formaci�n de la corteza oce�nica. Sin embargo, a�n no se ha establecido si los n�dulos se precipitan a partir del agua de mar o de materiales en los sedimentos.

Los manantiales termales no son m�s que la expresi�n superficial de la intensa actividad que tiene lugar a profundidad en un sistema geot�rmico, pero representan una oportunidad de observar un dep�sito mineral en proceso de formaci�n. Las grandes fluctuaciones de temperatura y presi�n que resultan de esta actividad a profundidad est�n directamente relacionadas con procesos qu�micos que tienen como resultado la mineralizaci�n de algunas zonas del sistema (Figura 25). La identificaci�n de las diferentes partes de un sistema hidrotermal f�sil es de gran importancia en la exploraci�n de este tipo de dep�sitos minerales, ya que por ejemplo la depositaci�n de oro ocurre preferencialmente en la frontera entre dos zonas del sistema con diferente tipo de alteraci�n hidrotermal. De esta forma, la correlaci�n de sistemas hidrotermales f�siles con sistemas activos facilita la localizaci�n de sitios de mineralizaci�n y por lo tanto aumenta la eficiencia de los trabajos de exploraci�n.

 



Figura 25. Localizaci�n de las posibles zonas de mineralizaci�n: (a) en un sistema hidrotermal y (b) en un sistema relacionado con actividad volc�nica.


Se ha demostrado que muchos dep�sitos minerales tuvieron su origen en la precipitaci�n de componentes de fluidos termales. Por esta raz�n, el estudio de los procesos que tienen lugar en sistemas geot�rmicos activos, nos sirve para comprender la evoluci�n de sistemas f�siles que ahora podemos reconocer como dep�sitos minerales epitermales. El conocimiento de los patrones de alteraci�n y depositaci�n hidrotermal en un sistema activo ayuda a establecer la morfolog�a de los sistemas f�siles y a determinar el tipo y la posible localizaci�n de las zonas de mineralizaci�n.

Entre las zonas con una mayor riqueza con respecto a este tipo de dep�sitos se encuentra la regi�n circumpac�fica, dentro de la cual queda comprendida la Sierra Madre Occidental y las zonas mineras de Baja California y la parte central y Suroeste de M�xico.

PROSPECTOR PARA LA UTILIZACI�N DE LA ENERG�A GEOT�RMICA

En la �poca actual son ya muchos los usos industriales que tiene la energ�a geot�rmica. Sin embargo el horizonte de su aplicaci�n es todav�a m�s amplio. En esta secci�n nos limitaremos a enumerar las posibilidades de sus usos industriales y la ya no tan remota posibilidad de extraer el calor de la Tierra en zonas fuera de los sistemas geot�rmicos que ya hemos mencionado.

La extracci�n de energ�a en zonas fuera de los sistemas hidrotermales se encuentra a�n en la etapa de investigaci�n. Especialmente en Estados Unidos e Inglaterra se est�n llevando a cabo experimentos para crear campos geot�rmicos artificiales en zonas llamadas de "roca-seca". En estas zonas se cuenta con un gradiente m�s alto que el normal pero la ausencia de permeabilidad en las rocas hace que no se tenga un sistema de circulaci�n hidrotermal, a pesar de contar con una fuente de calor para ello. En estos casos se ha tratado de inducir el fracturamiento de las capas de rocas de 3 a 5 kil�metros de profundidad por medio de explosiones y fracturamiento hidr�ulico. Posteriormente se hace circular agua fr�a por las zonas fracturadas para transportar el calor de las rocas a la superficie, donde estos fluidos pueden ser usados en plantas de ciclo binario para producir electricidad o bien en intercambiadores de calor para destinar el agua caliente para otros usos (calefacci�n, invernaderos, etc.). Las investigaciones acerca del uso de los sistemas de "roca-seca" han tenido un gran impulso especialmente en Camborne School of Mines en Cornwall (Inglaterra), en Los Alamos Scientific Laboratory de la Universidad de California y en Sandia National Laboratories en Nuevo M�xico (Estados Unidos).

Incluso se ha pensado en hacer detonar bombas nucleares en el fondo de pozos profundos. Estas bombas, adem�s de fracturar las rocas circundantes, proveer�an una fuente de calor adicional generado por el decaimiento de los desechos radiactivos producidos por la explosi�n, con la ventaja de que la peligrosidad de la difusi�n de estos desechos ser�a evitada, ya que quedar�an encerrados en una masa de roca fundida que cristalizar�a, formando as� un recipiente seguro. Por supuesto, la falta de seguridad de que todo suceda perfectamente como se planea ha frenado la realizaci�n de estos experimentos.

Adem�s de los usos industriales que se mencionaron en las secciones anteriores, y que son los que en la actualidad ya tienen una aplicaci�n comercial, existen muchos planes para la utilizaci�n directa de la energ�a geot�rmica que por diversas razones (econ�micas y tecnol�gicas) no se han llevado a�n a la pr�ctica. En particular podemos enumerar los siguientes procesos, en los cuales los fluidos geot�rmicos podr�an ser empleados como la fuente de energ�a:

—La destilaci�n de aguas salobres para ser utilizadas en irrigaci�n o para consumo humanoo no.

—Extracci�n de minerales valiosos a partir de fluidos geot�rmicos, por ejemplo: litio, bromo, cloruros de potasio y calcio, etc�tera.

—Producci�n de agua pesada.

—Producci�n de aluminio a partir de la bauxita por el proceso de Bayers.

—Producci�n de az�car de ca�a y remolacha.

—Producci�n de leche y caf� en polvo.

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