CONTRAPORTADA
Todavía a principios del siglo
XX
se creía que los recursos del mar eran inagotables. No se pensaba entonces que el avance de la técnica haría posible que en sólo vente años, a partir del fin de la segunda Guerra Mundial, el hombre triplicara la producción pesquera anual al grado de poner en peligro de extinción a numerosas especies marinas indispensables en la alimentación humana, depredación semejante a la que se hizo con las ballenas. La mayor parte de la pesca la realizan los países desarrollados gracias a su tecnología y grandes flotas; sin embargo, México ocupa el decimosexto lugar en la extracción de productos del mar. El consumo de pescado y mariscos se justifica por su riqueza en proteínas, energéticos y vitaminas que podrían constituir una opción ante la deficiencia de tales nutrientes en los países del Tercer mundo.En este volumen de la serie La Ciencia para Todos se reseña cómo aprovecha el hombre los recursos, renovables y no renovables, de los océanos; de qué manera, a lo largo de los siglos, se ha venido creando una tecnología marina, desde la balsa a los grandes barcos trasatlánticos, los gigantescos buques tanques y las naves de guerra. Estudia igualmente el establecimiento de industrias derivadas del aprovechamiento de los recursos marinos, industrias químicas y petroleras, sin olvidar el turismo.
La publicación de El océano y sus recursos se corresponde con la exhortación de sus autores: "ñ Hay que conocer el mar!" En el pasado, trabajos de esta magnitud eran labor exclusiva de los países desarrollados. En nuestros días y por diversas razones una de ellas la sobreexplotación de los recursos marinos participan en el estudio de los océanos la mayoría de los países. Existe ya la conciencia de que si seguimos usando el mar sin un conocimiento adecuado de sus posibilidades reales, podría presentarse una disminución de su fertilidad e incluso su muerte y con ella el fin de la humanidad. Deber de la ciencia es impedir que tal catástrofe llegue a presentarse.
Juan Luis Cifuentes, maestro y director de la Facultad de Ciencias de la
UNAM
de 1973 a 1977, y dos de sus discípulas y colaboradoras, María del Pilar Torres-García y Marcela Frías Mondragón, han emprendido la valiosa tarea de ofrecer al lector una obra panorámica, en doce volúmenes, que cubre todos los ángulos de las investigaciones oceánicas más dignas de difusión.
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