EN UN D�A TRANQUILO

Media tarde: el Sol ba�a los campos; sobre prados y caminos se deslizan las sombras de las nubes... Inm�vil en la quietud del aire una planta de girasol silvestre yergue sus cabezas amarillas. �Qu� es esta planta tan com�n, tan humilde? Para Van Gogh es una creatura de Dios y la pinta con amoroso deleite. Para un bot�nico es un ejemplar de la flora del lugar; la colecta, la prensa entre papeles, le pone una etiqueta con el elegante nombre de Helianthus annuus y la almacena (�hay tantas cosas que los acad�micos almacenan desecadas y etiquetadas!). Para el granjero es un ladr�n, les roba el agua, la luz y el nitr�geno a sus cultivos; toma la azada y... �paf! Para el pobrecillo sin pan, sus semillas podr�an matarle el hambre por un tiempo. Y para el buen viejo Van Leeuwenhoek, admirable tallador de lentes, es un esp�cimen m�s para estudiar al microscopio. Pid�mosle permiso cort�smente y sin duda nos dejar� ver a trav�s de su artefacto, pues est� muy orgulloso de �l y le complace mostrarlo.

�Qu� arquitectura admirable! Al microscopio el cuerpo del girasol se mira constituido por innumerables celdillas o c�lulas que se arreglan en disposiciones sim�tricas. No todas las c�lulas son iguales; algunas son largas, de paredes tan gruesas y le�osas que realmente son astillas microsc�picas de madera; son las fibras de escler�nquima que mantienen al tallo erecto y firme. Otras c�lulas son cilindros cortos y huecos que se unen entre s� formando largas tuber�as que ascienden desde la ra�z al tallo y entran a las hojas constituyendo las nervaduras; es el xilema que lleva agua y nutrientes del suelo a todo el vegetal. Hay much�simas c�lulas relativamente peque�as, de paredes delgadas que encierran un l�quido viscoso en el que flota una esferilla incolora y unos gr�nulos verdes; son c�lulas vivas llamadas par�nquimas, con protoplasma y n�cleo y cloroplastos que fabrican alimentos. Hay otras clases de c�lulas con diversas funciones, todas encerradas en sus paredes de celulosa o de le�o.

Las paredes celulares no son continuas; poseen peque�os orificios por los que el protoplasma de una c�lula se comunica con su vecina compartiendo sus est�mulos y respuestas. Todas las c�lulas integran sus funciones para llegar a un fin com�n: la vida de la planta. El cuerpo vegetal est� recorrido por la savia alimenticia que unas c�lulas hacen, la cual comparten con las que carecen de cloroplastos, as� como por el agua que unas c�lulas de la ra�z absorben del suelo y se riega por el tallo y hojas. Algunas c�lulas forman mol�culas que viajan llevando mensajes a otras c�lulas y hacen que se formen nuevas hojas, ramas, flores y frutos: son las hormonas. Las c�lulas tienen vida aut�noma pero no funcionan de modo an�rquico; por ello el girasol no es un mero conjunto de c�lulas sino un todo organizado, una estructura funcional, un sistema.

Si en lugar de la lente de Van Leeuwenhoek posey�ramos los ojos de Super-Superman ver�amos las mol�culas en el interior de la c�lula danzar, fundirse en otra, separarse, duplicarse. Las ver�amos tambi�n �atrapando incluso a los fotones, a las part�culas de luz!. El girasol es un sistema de comunicaci�n con el medio externo: es un sistema abierto.

Si tenemos paciencia y observamos la planta varias veces a lo largo del d�a veremos las grandes "flores" (inflorescencias) del girasol moverse siguiendo al Sol. Otras plantas cierran sus hojas al llegar la noche. Otras cambian la posici�n de las hojas cuando es muy intensa la luz del mediod�a, orient�ndolas de modo que no reciban el Sol de plano. La planta es un sistema abierto y autorregulado.

Pasar�n los d�as y los meses; llegar�n vientos fr�os y el girasol morir�. Pero antes habr� producido hijos; encerrados en la semilla los embriones resistir�n "las nieves y vientos del g�lido invierno" para germinar en la primavera. Tras la muerte, la resurrecci�n: el mundo es siempre joven. Y pasar�n los siglos y los milenios. Cambiar� el clima y los girasoles no podr�n vivir en este lugar. Ya no habr� girasoles, pero existir�n otras plantas descendientes de ellos que habr�n transformado sus estructuras para subsistir. La vida sigue adelante porque es un sistema abierto, autorregulado y evolutivo.

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