APÉNDICE
El juramento hipocrático brilla en la historia de la medicina como una de las principales fuentes de la ética médica. No hay duda de que ha regido (al menos de nombre) la actividad profesional de los médicos y que a través de muchos siglos ha sido considerado un código ético completo. La siguiente versión es la traducción del texto vertido del griego jónico antiguo al inglés por Ludwig Edelstein en 1943.
JURAMENTO
Juro por Apolo Médico, por Esculapio, por Higiene y por Panacea, y por todos los dioses y diosas, tomándolos por mis testigos, que cumpliré de acuerdo con mis capacidades y mi juicio este juramento y convenio.
Considerar al que me ha enseñado este arte igual que a mis padres y vivir mi vida en asociación con él, y si se encuentra necesitado de dinero darle una parte del mío, y considerar a sus hijos como mis hermanos varones y enseñarles este arte ñsi desean aprenderlo— sin costo y sin compromiso; dar una parte de mis preceptos e instrucción oral y otras formas de enseñanza a mis hijos y a los hijos del que me ha instruido y a los alumnos que han firmado el convenio y hecho el juramento de acuerdo con la ley médica, pero a nadie más.
Usaré medidas dietéticas para el beneficio de los enfermos de acuerdo con mi capacidad y juicio; los protegeré del daño y de la injusticia.
No le daré una droga letal a nadie aunque la pida, ni le haré una sugestión de este tipo. De manera semejante, no le proporcionaré un remedio abortivo a ninguna mujer. Guardaré mi arte y mi vida con pureza y santidad.
No usaré el bisturí, ni siquiera en los que sufran de la piedra, sino que me retiraré en favor de aquellos que se dedican a este trabajo.
Cualquiera que sea la casa que visite, lo haré para el beneficio del enfermo, manteniéndome alejado de toda injusticia intencional y de toda mala acción, y en especial de tener relaciones sexuales con hombres o mujeres, sean libres o esclavos.
Lo que yo vea o escuche en el curso del tratamiento, o aun al margen de éste, en relación con la vida de los hombres, que de ninguna manera debiera difundirse, lo mantendré en secreto y consideraré vergonzoso hablar de ello.
Si cumplo con este juramento y no lo violo, que pueda gozar de mi vida y de mi arte, honrado por la fama entre todos los hombres por todo el porvenir; pero si lo rompo y he jurado en falso, que lo opuesto sea mi suerte.El juramento hipocrático puede dividirse en cuatro partes, cada una con origen y significado distintos:
1) El primer párrafo, donde se invocan las principales deidades médicas (Apolo, Esculapio, Higiene, Panacea), así como a todos los demás dioses y diosas y se señala que el documento no sólo es un juramento sino también un convenio o contrato.
2) El segundo, que establece las reglas de las relaciones entre el juramentado y su profesor y su familia, sus obligaciones docentes, y que termina con una cláusula de exclusión.
3) Los párrafos tercero a séptimo, que detallan diversas facetas de la práctica médica, con hincapié en ciertos aspectos a los que se renuncia de manera específica.
4) El párrafo octavo, que es la protesta del compromiso y que señala claramente el premio al que habiéndolo adquirido lo cumple, y el castigo para quien lo viola.
Las cuatro partes anteriores pueden comentarse de la manera siguiente:
1) La invocación de Apolo Médico en el primer párrafo ha sido interpretada como específica, ya que Apolo es también el Dios Délfico, el Dios de la Pureza, quien renuncia a la medicina en favor de su hijo Esculapio. Sin embargo, para la secta de los pitagóricos, que reformaron la medicina de acuerdo con su concepto de pureza, el Apolo Délfico siguió siendo el principal médico. Higiene y Panacea son las hijas divinas de Esculapio, quien posteriormente tendrá otros descendientes terrenales. El primer párrafo adquiere sentido cuando se lee a través de las gafas de la secta pitagórica. También resulta interesante que no solo se trata de un juramento sino también de un convenio o contrato, que obliga al que lo acepta ciertas reglas de comportamiento distintas de las que rigen a la población general. Es bien sabido que la secta pitagórica tenía carácter secreto y se guiaba por una serie de reglas basadas en principios esótericos que incluían el poder mágico de los números y la metempsicosis o transmigración del alma. El primer párrafo sólo se relaciona con la medicina por el carácter de los principales dioses invocados y no contiene ningún precepto que pueda servir como código ético médico.
2) En el segundo párrafo el juramentado acepta a su maestro como su padre adoptivo y a la familia de su maestro como su familia adoptiva; al mismo tiempo, se compromete a desempeñar labores docentes para tres tipos de alumnos: sus propios hijos, los hijos varones de su maestro, y los que hayan hecho el mismo juramento y aceptado el mismo convenio. Finalmente, se aclara en forma terminante que tales beneficios no serán extendidos a nadie más.
Este párrafo es uno de los pronunciamientos más claros de exclusividad en la membresía de una secta cerrada, algo que en la Grecia de Hipócrates, de Sócrates y de Platón debe haber sido excepcional entre los ciudadanos libres. La excepción eran otra vez los pitagóricos, quienes desde Epaminondas, que reverenció a Pitágoras como a su padre, practicaban y proclamaban este tipo de relación entre alumnos y maestros como la más digna y la más genuina. En cambio, la mayoría de los ciudadanos griegos reconocía una relación distinta entre maestros y alumnos: sin detrimento de las ligas de afecto y respeto mutuo, la función del maestro era enseñarle al alumno su arte de tal manera que cuando éste llegara a ser maestro ya hubiera superado el nivel y los conocimientos del primero. Cuando no alcanzaba a ser mejor que el maestro, se consideraba que el maestro había fracasado. Los griegos clásicos nos legaron el mejor de los ejemplos de la relación considerada como la más saludable y creativa entre maestros y alumnos: Sócrates fue el maestro de Platón, quien a su vez fue el maestro de Aristóteles. En lugar de la sumisión ante la autoridad paterna, que garantiza la ausencia de progreso pues el hijo no se atreve a criticar el pensamiento del padre y a buscar caminos diferentes mientras conserva ese tipo de relación, la historia nos muestra la alternativa que inventaron los griegos para avanzar el conocimiento en los Diálogos de Platón y en las obras científicas y filosóficas de Aristóteles. La historia revela que ante estas dos posturas diferentes, el hombre occidental escogió la pitagórica, la basada en el dogma y en la autoridad, a partir del siglo
II
d.C
. y durante los siguientes catorce siglos.El segundo párrafo no tiene nada que ver con la medicina: los diferentes tipos de relaciones entre profesores y alumnos se dan igualmente en la pintura, la tauromaquia, la química inorgánica y el crimen organizado. Es posible que puedan incluirse dentro de la ética normativa o general, pero no poseen ninguna característica que justifique su consideración dentro de un código ético médico.
3) Los párrafos tercero a séptimo del juramento hipocrático tienen un carácter completamente distinto de los anteriores: son mandatos específicos, casi prohibiciones, en relación con situaciones concretas que incluyen medidas dietéticas, venenos, aborto, litotomía, relaciones sexuales y secreto profesional.
De especial interés son las referencias a la "injusticia" (final del párrafo 3) y a la "pureza y santidad" (final del párrafo 4), que reconfirman la naturaleza esencialmente religiosa del documento. Como era de esperarse, esta parte del juramento hipocrático es la que revela con mayor claridad las diferencias entre una secta minoritaria de médicos griegos del siglo
V
a. C. y la profesión médica de fines del sigloXX
. Las medidas dietéticas mencionadas aparecen en muchas partes del Corpus Hipocraticum y son radicalmente contradictorias; la participación del médico en el suicidio era minoritaria en la Grecia clásica, donde el ciudadano libre era el único dueño de su propia vida: la negativa a administrar abortivos sin hacer referencia a las diferentes situaciones en que este problema surge es igualmente ciega e irracional, así como muy distinta a la que ha adoptado a través de toda la historia un grupo específico de médicos; el rechazo a la litotomía, la referencia a las relaciones sexuales y al secreto profesional se refieren a problemas que la medicina ha ido enfrentando y resolviendo de distintas maneras en su historia.Si de la lectura del primer párrafo del juramento hipocrático se concluye que se trata de un documento sólo de interés histórico, y del análisis del segundo se desprende que refleja una postura esencialmente mística y sin relación específica con la medicina, el examen de los cinco párrafos siguientes debe convencernos de que el documento era minoritario en su tiempo y que pronto, después de haberse originado empezó a perder vigencia. La escuela hipocrática (que representa cuatro siglos de ejercicio médico) y su culminación en Galeno, está repleta de observaciones, postulados, ideas, acciones y recomendaciones que ignoran o contradicen el juramento hipocrático.
4) El último párrafo confirma la sospecha de que se trata de algo diferente de un código ético médico. Si el juramentado cumple con las demandas y requisitos especificados en los párrafos anteriores, será honrado con "fama entre todos los hombres por todo el tiempo por venir". Esto apoya, una vez más, que el documento se refiere más a una secta religiosa que a un gremio profesional.
¿Hay algo en este documento, promulgado hace por lo menos 25 siglos, que nos importe en esta época? ¿Se justifica que tantos médicos contemporáneos lo usen para adornar las paredes de las salas de espera de sus consultorios? Con todo respeto, creo que la respuesta es
NO
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