Un �ngel en el poder

Un �ngel en el poder


LA CORRIENTE POL�TICA QUE SIMPATIZABA con el general �lvaro Obreg�n atacaba en el Congreso de la Uni�n a los legisladores cercanos al presidente Carranza, o bien a otros personajes pol�ticos, como sucedi� con el gobernador Mucel, tambi�n leal a �ste. Si en esa ocasi�n no pudieron enjuiciarlo, m�s adelante consiguieron expulsar al gobernador Arias Sol�s, amigo de Mucel, cuando el 23 de abril de 1920 triunf� el Plan de Agua Prieta. Los obregonistas se hab�an movilizado en Campeche desde el mes de marzo, bajo el liderazgo de Ram�n F�lix Flores y con la participaci�n de Jos� del C. Hern�ndez, Fernando Angli Lara y Ulises Sansores. El 18 de mayo apareci� publicado en el Peri�dico Oficial un decreto firmado en el cuartel de la Comandancia Militar por el cual Manuel Madrigal, titular de la misma, justific�ndose como investido de facultades accidentales en virtud del Plan de Agua Prieta, declar� gobernador civil con car�cter de provisional al doctor Eduardo Arceo Zum�rraga.

Los conflictos derivados del asesinato del presidente Carranza no se resolvieron seguidamente, como era obvio, de manera que la pol�tica del estado se llev� al plano federal, en el que influyentes campechanos, como el secretario de Industria, Rafael Zubar�n, y los senadores Francisco Field Jurado y Joaqu�n Lanz Galera, consiguieron que la asamblea declarase desaparecidos los poderes de la localidad y designara gobernador provisional a Gonzalo Sales Guerrero el 9 de julio de 1920. Al mismo tiempo, iniciaron trabajos de politizaci�n socialista y agrupamiento partidario Ram�n F�lix Flores y �ngel Castillo Lanz, entre otros, y la situaci�n en el estado se alter� otra vez. En enero de 1921, con la intervenci�n del ej�rcito federal y la anuencia del general Plutarco El�as Calles, secretario de Gobernaci�n, se destituy� a Sales Guerrero y se nombr� gobernador provisional al doctor Eduardo Arceo Zum�rraga, con la principal responsabilidad de convocar a elecciones, que, llevadas a cabo el 31 de enero de 1921, dieron como triunfador a Enrique G�mez Brice�o, cuya declaratoria como gobernador constitucional se public� el 19 de febrero, para el periodo que deb�a terminar el 15 de septiembre de 1923. Pero �ste se meti� en problemas por un cr�dito manejado con la estrategia equivocada, y los acontecimientos sociales y pol�ticos lo obligaron a renunciar el 11 de agosto de 1921. La Legislatura declar� provisional a Guillermo Ferrer Vega, quien convoc� a nuevas elecciones. En los comicios del 6 de noviembre result� favorecido el carism�tico y buen orador Ram�n F�lix Flores, quien, declarado gobernador constitucional, asumi� el cargo el 23 de noviembre. Se dijo de parte de las "clases laborantes" y ofreci� democracia, reparto agrario, educaci�n racional, laica, obligatoria y gratuita; expropiaci�n por causa de utilidad p�blica, autonom�a e independencia con respecto al centro; creaci�n de escuelas granjas, respeto y apoyo a las organizaciones de trabajadores y el rescate de las tradiciones, cultura y lengua mayas.

En ese tiempo surgi� de nueva cuenta el problema de los l�mites. En septiembre de 1922 el ingeniero Manuel Medina, de la Secretar�a de Agricultura, repiti� que el sitio denominado Put fue probablemente en su origen una vivienda de cierta importancia que hizo posible establecer la intersecci�n entre los estados de Yucat�n, Campeche y el territorio de Quintana Roo; pero que luego de una minuciosa investigaci�n, as� como del estudio en documentos de archivo, descubri� que el punto nunca hab�a sido marcado f�sicamente. Ah� recomenz� el problema.

La situaci�n pol�tica de Campeche a partir de 1920 oblig� a definir posturas y a determinar qui�n ser�a el l�der despu�s de Flores. Por ello, en 1923, al renovarse el ejecutivo local, los emparentados partidos socialistas de Yucat�n y Campeche establecieron una estrategia coordinada. Refiere Javier Romero que surcaron las aguas temperamentales de Felipe Carrillo Puerto para salvar el nombre de la nave adecuada, y el personaje se�alado fue Fernando Angli, lo cual no admitieron los socialistas campechanos. Para no provocar una escisi�n, optaron por hacerle saber con discreci�n al presidente Obreg�n de la selecci�n de Carrillo Puerto. Como no le pareci� al caudillo sonorense, respondi� por tel�grafo: "En M�xico hay gobernadores de Estado. No existen gobernadores de estados"; es decir, opina Romero, que Carrillo Puerto impusiera en Yucat�n pero no en Campeche, donde el que decidi� fue Ram�n F�lix Flores. Despu�s de lograr el consenso, eligieron como candidato a Castillo Lanz. La Constituci�n local exig�a una edad m�nima de 25 a�os cumplidos el d�a de la elecci�n, pero el designado ten�a 24, como �l mismo reconoci�. D�as m�s tarde se cancel� el requisito, y como la Carta Federal �nicamente establec�a como requisitos la ciudadan�a mexicana por nacimiento y ser nativo de la entidad, el camino qued� limpio de cualquier obst�culo, pues hab�a nacido en Champot�n. As�, Castillo Lanz lleg� al poder, cuyas riendas sostuvo un poco m�s de tres lustros.

Electo para el periodo del 16 de septiembre de 1923 al 15 de septiembre de 1927, apenas comenzaba su encargo cuando el 12 de diciembre, d�as despu�s del estallido de la rebeli�n de Adolfo de la Huerta en Veracruz, el coronel Jos� Mar�a Vallejo, jefe de la guarnici�n, adhiri�ndose al movimiento, encabez� la sublevaci�n del batall�n. Al amparo del desorden fueron asaltados varios comercios, se introdujeron en las oficinas con violencia y mientras tomaban en su poder el Palacio de Gobierno, el l�der del partido, Ram�n F�lix Flores, y el gobernador Castillo Lanz tuvieron que huir, el primero disfrazado de carbonero y el segundo de mestiza.

El coronel Vallejo se ostent� como gobernador y comandante militar del estado, de tal suerte que le correspondi� celebrar el centenario del natalicio de Pablo Garc�a, el 24 de enero de 1924. Poco despu�s, los rebeldes recibieron como gobernador de Campeche al abogado tabasque�o Rodolfo Brito Foucher, quien en abril sigui� la ruta de la huida rumbo a Guatemala, ya que el movimiento fracas� y se desataron d�as y noches de "cuchillos largos", cuando numerosos militares que se involucraron en la revuelta fueron ejecutados. Castillo Lanz retom� sus oficinas el 19 de abril y dio comienzo a una serie de actividades en materia de obras, as� como de fomento agr�cola. Promovi� el establecimiento de una sucursal del Banco Nacional de Cr�dito en esa materia, introdujo maquinaria para fortalecer los trabajos, estimul� el cultivo de la ca�a de az�car, prosigui� el reparto agrario y, en 1924, suscribi� la escritura constitutiva de la sociedad cooperativa Henequeneros de Campeche. En la ciudad de M�xico, el senador Francisco Field Jurado, viril palice�o, se opuso a los Tratados de Bucareli y fue asesinado por no ceder en el empe�o de abanderar la soberan�a.

Con todo, la pobreza de la entidad segu�a siendo notoria. Ya en 1910 se hab�a hecho p�blico el fracaso de los proyectos econ�micos, a lo que es preciso a�adir una d�cada de revoluci�n y, para ese momento, ideas socialistas y fortalecimiento de grupos pol�ticos con ansias de poder. Todo esto provoc� el �xodo de familias hacia otros lugares donde tuvieran alguna esperanza de prosperidad. Fueron a�os de despoblamiento; los j�venes se fueron a la capital de la Rep�blica o a M�rida, con lo que familias tradicionales dejaron para siempre el terru�o. Hoy en d�a, por ejemplo, ya no existen en el Carmen los apellidos Gir�n de la Cabada o Correa Delgado. El Dem�crata, queriendo ofrecer un elogio de cada entidad, en enero de 1926 s�lo pudo publicar un suplemento con un rar�simo trabajo de Gir�n sobre los prosistas, y acerca de agricultura se tuvo que ocupar del casi extinto palo de tinte, que m�s que un cultivo era un recurso natural. Los otros cultivos eran pobres, no hab�a miner�a, tampoco industria, s�lo una maltrecha v�a f�rrea y una capital con 17 000 habitantes. Se dijo que las condiciones culturales no pod�an definirse concretamente por lo dis�rnbolo de la poblaci�n; el idioma era casi ininteligible para los extra�os, ya que "es una rara mezcla de maya y castellano" (maya�ol). El viajero Frederick L. Hoffman public� en el Boston Herald de ese a�o: "Pocas son las personas que, abandonando el camino trillado, se dirig�an a la encantadora e hist�rica ciudad de Campeche, el puerto abandonado y olvidado de M�xico".


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