Este libro debe verse como una invitaci�n a profundizar en alguna o algunas de sus partes. Por esa raz�n, concluye con este breve recuento de las principales obras consultadas para su elaboraci�n.
Para los primeros a�os de la �poca colonial se recurri� a diversos trabajos de Chantal Cramaussel, en especial La provincia de Santa B�rbara en Nueva Vizcaya (1563-1631), Chihuahua, Universidad Aut�noma de Ciudad Ju�rez, 1990. Este libro es resultado de un minucioso trabajo con fuentes de archivo y propone ideas novedosas sobre el poblamiento temprano de los espa�oles. Adem�s, se utiliz� el trabajo de William Griffen, Indian Assimilation in the Franciscan Area of Nueva Vizcaya, Tucson, The University of Arizona Press (Anthropological Papers, 33), 1979, sobre los conchos; �ste es quiz� el trabajo m�s s�lido acerca de este grupo ind�gena tan poco conocido. Estas obras son antecedente obligado del gran libro del norteamericano Robert C. West sobre Parral, The Mining Community in Northern New Spain: The Parral Mining District, Berkeley-Los �ngeles, University of California Press (Ibero-Americana, 30), 1949; es inconcebible que a�n no se haya traducido al espa�ol. Sobre la rebeli�n tepehuana de 1616 fue de gran ayuda el libro de Guillermo Porras Mu�oz, La frontera con los indios de la Nueva Vizcaya en el siglo XVII, M�xico, Fondo Cultural Banamex, 1980, as� como un art�culo de Susan Deeds, "Las rebeliones de los tepehuanes y tarahumaras durante el siglo XVII en la Nueva Vizcaya", en Ysla Campbell (coord.), El contacto entre los espa�oles e ind�genas en el norte de la Nueva Espa�a, Ciudad Ju�rez, Universidad Aut�noma de Ciudad Ju�rez (Colecci�n Conmemorativa, IV), 1992.
La historia parralense est� bastante bien estudiada por West, la misma Cramaussel ("La urbanizaci�n primitiva del Real del Parral", Trace, n�m. 22, 1992) y el historiador local Rub�n Rocha Ch�vez, Tres siglos de historia. Biograf�a de una ciudad: Parral (1631-1978), Chihuahua, Talleres Gr�ficos del Estado, 1979. Estas obras son fundamentales para conocer lo que era la regi�n en el siglo XVII. Adem�s, el quehacer jesuita entre los tarahumaras dej� gran n�mero de documentos y estudios que ahora son de gran utilidad. El libro de Peter Masten Dunne, Early Jesuit Missions in Tarahumara, Berkeley-Los �ngeles, University of California Press, 1948, es apenas una muestra de la producci�n historiogr�fica de los jesuitas. Muy importante es el libro del tambi�n jesuita Jos� Newmann, Historia de las rebeliones en la Sierra Tarahumara (1626-1724), Chihuahua, Camino, 1991, que recoge los testimonios de un misionero de la �poca. El historiador y etn�grafo mexicano Luis Gonz�lez Rodr�guez tradujo y anot� con sumo cuidado esta fuente de gran valor. Recientemente un joven historiador, Ricardo Le�n, public� un libro sobre Misiones jesuitas en la Tarahumara. Siglo XVIII, Ciudad Ju�rez, Universidad Aut�noma de Ciudad Ju�rez, 1992. Este libro, junto con el art�culo de Bradely H. Benedict, "El saqueo de las misiones jesuitas" (Historia Mexicana, n�m. 1, 1972), aport� pistas para tratar la cuesti�n india en este tramo de la historia chihuahuense.
El paso al siglo XVIII es imposible sin la obra de Phillip Hadley, Miner�a y sociedad en el centro minero de Santa Eulalia (1709-1750), M�xico, Fondo de Cultura Econ�mica, 1979. Sin duda, es un estudio que debe profundizarse, como lo hace Cheryl E. Martin en su peque�a pero sugerente ponencia, "El trabajo minero en Chihuahua, siglo XVIII" (en Actas del Primer Congreso de Historia Regional Comparada 1989, Ciudad Ju�rez, Universidad Aut�noma de Ciudad Ju�rez, 1990). Ojal� pronto tengamos un libro de Martin sobre este tema.
Los cap�tulos sobre la �poca colonial se elaboraron considerando varias obras generales tan importantes como la de Peter Gerhard, The North Frontier of New Spain, Princeton, Princeton University Press, 1982. Con este libro, Gerhard, por desgracia recientemente fallecido, anima, sintetiza y sobre todo propone. Tambi�n se consideraron los libros de Oakah L. Jones, Nueva Vizcaya. Spanish Settlers on the Northern Frontier of New Spain, Norman, University of Oklahoma Press, 1979; de Max Moorhead, The Presidio, Bastion of the Spanish Borderlands, Norman, University of Oklahoma Press, 1975; y el del espa�ol Luis Navarro Garc�a, Don Jos� de G�lvez y la Comandancia General de las Provincias Internas del Norte de Nueva Espa�a, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1964. Estos cuatro t�tulos ayudan a ubicar los acontecimientos locales en el contexto del septentri�n novohispano en su conjunto, un aspecto que no debe perderse de vista cuando se escribe una s�ntesis de la historia de un estado, como la que contiene este libro.
Asimismo, se incluyeron referencias de distintos cronistas para ilustrar las posibilidades que ofrecen. Adem�s de la de Newmann ya citada, se revisaron las siguientes: la de Baltasar de Obreg�n, Historia de los descubrimientos antiguos y modernos de la Nueva Espa�a. 1584, M�xico, Secretar�a de Educaci�n P�blica, 1924; la de Jos� Arlegui, Cr�nica de la provincia de N.S.P.S. Francisco de Zacatecas, M�xico, Cumplido, 1851; la de Pedro de Rivera, Diario y derrotero de lo caminado, visto y obcervado en el discurso de la visita general de precidios situados en las Provincias Ynternas de Nueva Espa�a, M�xico, Porr�a, 1945; la de Pedro Tamar�n y Romeral, Demostraci�n del vast�simo obispado de la Nueva Vizcaya. 1765, M�xico, Antigua Librer�a Robredo de Jos� Porr�a e Hijos (Biblioteca hist�rica mexicana de obras in�ditas, 7), 1957, y la de Jos� Agust�n Morfi, Diario y derrotero (1777-1781), Monterrey, Instituto Tecnol�gico y de Estudios Superiores de Monterrey, 1967.
La �poca de la independencia es uno de los huecos m�s notables de la historiograf�a local. Se tienen que usar obras antiguas como las de Ponce de Le�n en su Revista Chihuahuense (1909-1910) y de don Francisco R. Almada, Resumen de historia del estado de Chihuahua, Chihuahua, Gobierno del Estado, 1986, libro publicado originalmente en 1950. La compilaci�n de Graziella Altamirano y Guadalupe Villa, Chihuahua. Textos de su historia (1824-1921), 4 vols., M�xico, Gobierno del Estado de Chihuahua/Instituto de Investigaciones Dr. Jos� Mar�a Luis Mora/ Universidad Aut�noma de Ciudad Ju�rez, 1988, ayuda a comprender el conflicto con Durango en torno al nacimiento del estado de Chihuahua; y el de Enrique Gonz�lez Flores, Chihuahua, de la Independencia a la Revoluci�n, M�xico, Botas, 1949, ofrece una visi�n general sobre la esfera pol�tica de los primeros a�os de vida del estado. No obstante, ya deber�amos contar con una obra espec�fica sobre este periodo. En ese trabajo, que hasta donde s� nadie est� escribiendo, deber�a incluirse la cuesti�n relativa al comercio con Nuevo M�xico. Sobre este tema apenas se consultaron dos obras: la cr�nica de Josiah Gregg, Commerce of the Praires, Norman, University of Oklahoma Press, 1974, y la tesis de �ngeles Moyano, "El significado del comercio de Santa Fe en las relaciones entre M�xico y los Estados Unidos (1821-1847)", M�xico, Universidad Nacional Aut�noma de M�xico, 1975. El libro monumental de David J. Weber, La frontera norte de M�xico, 1821-1846. El Sudoeste norteamericano en su �poca mexicana, M�xico, Fondo de Cultura Econ�mica, 1988, ofrece una visi�n de conjunto del norte mexicano, que es muy recomendable para situar la historia local a partir de la Independencia mexicana.
No hay m�s remedio que insistir en la historia de la apacher�a y en la vida pol�tica para cubrir el siglo XIX. Una compilaci�n �til es la reciente de V�ctor Orozco, Las guerras indias en la historia de Chihuahua, Ciudad Ju�rez, Universidad Aut�noma de Ciudad Ju�rez, 1992. Esto debe verse a la vez como disculpa y como expresi�n del avance desigual de la historiograf�a chihuahuense en diversos periodos. Sabemos m�s de la Colonia que del siglo XIX. En eso se repite la situaci�n nacional. Los trabajos de Jos� Agust�n de Escudero, Noticias estad�sticas del estado de Chihuahua, M�xico, Imprenta de Juan Ojeda, 1834, y de Pedro Garc�a Conde, Ensayo estad�stico sobre el estado de Chihuahua, Chihuahua, Imprenta del Gobierno, 1842, son los libros m�s importantes escritos en estos a�os.
El Resumen de Almada ya citado, el estudio de Jos� Fuentes Mares, ...y M�xico se refugi� en el desierto. Luis Terrazas: historia y destino, Chihuahua, La Prensa, 1979; de Joaqu�n Terrazas, Memorias. La guerra contra los apaches, Chihuahua, La Prensa, 1989, junto con los Informes que los gobernadores del Estado de Chihuahua han presentado ante el Congreso del mismo desde el a�o de 1849 hasta el de 1906, Chihuahua, Imprenta del Gobierno, 1910, son otras de las obras consultadas para elaborar el tramo referente al siglo XIX. Se agregan algunas noticias provenientes de peri�dicos de la ciudad de M�xico para sugerir una fuente poco utilizada hasta ahora.
Sin duda alguna, los historiadores deber�amos dejar de lado a los apaches y a los pol�ticos y profundizar en el estudio de otras tem�ticas tales como la cuesti�n agraria, el papel de las ciudades y del comercio, y los vaivenes mineros. Entre lo que se ignora sobre el siglo XIX destaca lo que se refiere a los tarahumaras y dem�s grupos ind�genas. La expulsi�n jesuita de 1767 ha dejado una marca terrible en la historiograf�a.
Sobre el porfiriato la situaci�n cambia. Se dispone de un gran n�mero de fuentes impresas, como anuarios estad�sticos, manuales de geograf�a y directorios comerciales que debemos a la incansable labor de Jos� Mar�a Ponce de Le�n. Este historiador tambi�n edit� la Revista Chihuahuense y las Rese�as hist�ricas, que contienen documentos y estudios sobre diversos acontecimientos de la historia local. Adem�s, contamos con varios estudios de primera l�nea: el de Mark Wassermann, Capitalistas, caciques y Revoluci�n. La familia Terrazas de Chihuahua, 1854-1911, M�xico, Grijalbo, 1987; el de Jane-Dale Lloyd, El proceso de modernizaci�n capitalista del Noroeste de Chihuahua (1880-1910), M�xico, Universidad Iberoamericana, 1987, y los diversos trabajos de Friedrich Katz sobre las condiciones agrarias del norte en general y de Chihuahua en particular. Tambi�n hay que destacar los trabajos de Carlos Gonz�lez Herrera, por ejemplo, "Chihuahua y las transformaciones de las estructuras econ�micas y sociales en el periodo anterior a la revoluci�n", en A. Garc�a y A. Ju�rez (coords.), Los lugares y los tiempos. Ensayos sobre las estructuras regionales del siglo XIX, M�xico, Nuestro Tiempo, 1989.
Sobre la Revoluci�n la bibliograf�a es vasta. En esta tem�tica los norteamericanos han logrado hacer grandes contribuciones. A Robert L. Sandels debemos la tesis doctoral "Silvestre Terrazas, The Press and the Origins of the Mexican Revolution in Chihuahua", University of Oregon, 1967; a Michael C. Meyer el libro El rebelde del norte. Pascual Orozco y la Revoluci�n, M�xico, Universidad Nacional Aut�noma de M�xico, 1984, y a William H. Beezley Insurgent Governor: Abraham Gonz�lez and the Mexican Revolution in Chihuahua, Lincoln, University of Nebraska Press, 1973. Katz ha estudiado a Villa y al villismo y nos ha adelantado algunos de los resultados de lo que se sabe ser� un libro monumental sobre el Centauro del Norte. De Katz se utilizaron La guerra secreta en M�xico. Europa, Estados Unidos y la Revoluci�n mexicana, 2 vols., M�xico, Era, 1982, y El gobierno villista en Chihuahua, Chihuahua, Gobierno del Estado, 1984. Tambi�n se consult� el libro de Martha Rocha, Las Defensas Sociales en Chihuahua, M�xico, Instituto Nacional de Antropolog�a e Historia, 1984, y el art�culo de Jes�s Vargas "Las memorias de M�ximo Castillo (avance)", Cuadernos del Norte, n�m. 6, 1989. La mejor descripci�n del movimiento revolucionario en esta entidad sigue siendo la de Almada, La Revoluci�n en el estado de Chihuahua, 2 vols., M�xico, Instituto Nacional de Estudios Hist�ricos de la Revoluci�n Mexicana, 1964.
No ocurre lo mismo con el periodo posterior a 1920, en donde pr�cticamente est� todo por hacer. Mark Wasserman acaba de publicar Persistent Oligarchs. Elites and Politics in Chihuahua, Mexico, 1910-1940, Durham and London, Duke University Press, 1993, un trabajo minucioso que resulta sugerente sobre todo en t�rminos del esfuerzo de ligar este periodo con el porfiriato, tema de su libro anterior. Para este periodo fueron muy �tiles tambi�n los trabajos de No� G. Palomares, Propietarios norteamericanos y reforma agraria en Chihuahua, 1917-1942, Ciudad Ju�rez, Universidad Aut�noma de Ciudad Ju�rez, 1991; el de Armando B. Ch�vez, Sesenta a�os de gobierno municipal: jefes pol�ticos del distrito Bravos y presidentes del municipio de Ju�rez, M�xico, s. e., 1959, y el de �scar J. Mart�nez, Ciudad Ju�rez: el auge de una ciudad fronteriza a partir de 1848, M�xico, Fondo de Cultura Econ�mica, 1982. Una obra imprescindible es la de Mois�s T. de la Pe�a, Chihuahua econ�mico, 3 vols., M�xico, 1948.
Sobre los acontecimientos de Madera de 1965 s�lo se revisaron los libros de Jos� Santos Vald�s, Madera. Raz�n de un martirologio, M�xico, s. e., 1968, y de Prudencio Godines Jr., Qu� poca mad...era de Jos� Santos Vald�s, M�xico, s. e., 1968. El primero es mucho m�s �til que el segundo. Sobre maquiladoras, movimientos sociales y la lucha electoral entramos de lleno en los terrenos de soci�logos, antrop�logos y polit�logos. En este tramo se usaron trabajos de Juan Luis Sariego, "Trabajo y maquiladoras. Consideraciones sobre el impacto del trabajo maquilador en la sociedad chihuahuense", Cuadernos del Norte, n�m. 5, 1989; el de Rub�n Lau y V�ctor M. Quintana, Los movimientos populares en Chihuahua, Ciudad Ju�rez, Universidad Aut�noma de Ciudad Ju�rez, 1991, y el de Alberto Aziz, Chihuahua: historia de una alternancia, M�xico, La Jornada/ Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropolog�a Social, 1994.
Hay que mencionar una revista que es fuente obligada para conocer distintos aspectos de la historia local. Se trata del Bolet�n de la Sociedad Chihuahuense de Estudios Hist�ricos, fundada en 1939. Hay por lo menos cuatro historias generales de Chihuahua: la de Jos� Mar�a Ponce de Le�n, Resumen de la historia pol�tica de Chihuahua, desde la �poca colonial hasta 1921, Chihuahua, Imprenta Gutenberg, 1922; la de Francisco Almada, de 1950, ya citada; el bestseller de Fernando Jord�n, Cr�nica de un pa�s b�rbaro, Chihuahua, La Prensa, 1978 (publicado por primera vez en 1953), y la de Florence C. y Robert H. Lister, Chihuahua. Almac�n de tempestades, Chihuahua, Gobierno del Estado, 1979. A �stas se agregar� pronto la que patrocin� la Universidad Aut�noma de Ciudad Ju�rez.
Las omisiones de obras y autores son mayores que las inclusiones. Eso parece inevitable en cualquier recuento de este tipo. Pero lo cierto es que con los libros y art�culos mencionados puede obtenerse un cuadro general que tambi�n es �til para localizar otras obras y otros autores. Lo importante es insistir en que la historia de Chihuahua es todav�a un vasto campo desconocido con grandes huecos. El paso del siglo XVIII al XIX y el largo siglo XIX son quiz� los m�s graves. En el del periodo contempor�neo (1920-1990) podemos tener acaso mayores disculpas por aquello de que a�n no se le reconoce del todo como campo leg�timo de la historiograf�a. Pero es una disculpa sumamente fr�gil. En esos huecos hay que lamentar todav�a m�s la ignorancia obre la poblaci�n ind�gena, que tambi�n en la historiograf�a demuestra su situaci�n marginada.