La noticia


El 29 de octubre de 1810, se supo en Monterrey del movimiento iniciado por el padre Hidalgo en Dolores. Calleja lo avis� por carta al gobernador Manuel de Santa Mar�a. La noticia se difundi� r�pidamente por todos los pueblos. En el Archivo Municipal de Monterrey hay varias causas contra particulares, por conversaciones favorables a la insurgencia; tambi�n las hay contra mercaderes ambulantes, llamados "barrilleros", procedentes de la feria de Saltillo, quienes fueron sorprendidos en diversas haciendas, en Cadereyta, vendiendo versos en los que se alababa a Hidalgo. En el medio rural la simpat�a por el movimiento fue incontenible: m�s de 400 hombres, sirvientes, empleados y aun propietarios de las haciendas del sur de Nuevo Le�n se unieron a los insurgentes.

El gobernador Santa Mar�a procedi� a tomar medidas de defensa. Calleja le ped�a el env�o de fuerzas a la hacienda de la Pila, cercana a San Luis Potos� donde organizaba el ej�rcito. Por su parte el obispo Primo Feliciano Mar�n de Porras, que se hallaba en Saltillo, impuso severas penas de orden espiritual para los partidarios de la insurgencia. Al mismo tiempo el gobernador manten�a contacto con Manuel de Iturbe, gobernador del Nuevo Santander (Tamaulipas) y con el coronel Antonio Cordero, de Coahuila, para la defensa de la regi�n.

De Nuevo Le�n fue posible que marcharan tres compa��as: una al mando del capit�n Francisco Bruno Barrera, otra a cargo de Jos� Domingo Casta�eda y una m�s al de Andr�s Guajardo. Los doscientos hombres que las compon�an iban bajo las �rdenes de Pedro Herrera y Leyva. No alcanzaron a llegar a San Luis, pues se detuvieron en Real de Catorce para ofrecer auxilio, y de all� se volvieron, para situarse en Aguanueva, al sur de Saltillo.


Índice generalAnteriorÍndice de capítuloSiguiente