Andariego eterno


Todo fue novelesco y fant�stico en su vida. Protegido por el presidente Guadalupe Victoria pas� el padre Mier sus �ltimos a�os en una habitaci�n del Palacio Nacional. Presintiendo el fin prepar� —al decir de Valle Arizpe— "su �ltima fuga". Personalmente sali� en carretela a convidar a sus amigos a la ceremonia en la que habr�a de recibir los �ltimos auxilios. La procesi�n con el Sagrado Vi�tico sali� de la iglesia de la Santa Veracruz, frente a la Alameda. El gent�o era inmenso: las corporaciones civiles, las Comunidades religiosas y el pueblo. El presidente coste� la cera y asistieron numerosas bandas militares. Su amigo, pariente y casi paisano, Ramos Arizpe, le administr� el Vi�tico.

En esa ceremonia de sus �ltimos auxilios espirituales, dijo el padre Mier "cuatro palabras". En ellas explic� no ser ap�stata ni centralista; dijo no vivir en el claustro por haberse secularizado; que no celebraba misa por el impedimento de su brazo derecho destrozado; se pronunci� contra las actividades pol�ticas ocultas y justific� su postura en cuanto al sistema que conven�a al pa�s.

Muri� el 27 de diciembre de 1827. No obstante su secularizaci�n fue sepultado en el convento de Santo Domingo. En 1861, al ser abierta una calle, fueron descubiertas varias momias. Alguien las adquiri� y las llev� a exhibir a Europa, con r�tulos alusivos a la Inquisici�n. Se dice tambi�n que fueron llevadas a Buenos Aires. Entre estas momias iba la de fray Servando. Onta��n, uno de sus bi�grafos, ha observado que en el hallazgo de Santo Domingo unas momias fueron encontradas de rodillas, sentadas o en contorsiones dram�ticas. La de fray Servando —dice— fue hallada de pie y "asomaba alta y enhiesta [...] con su mejor aire espectacular".


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