El parteaguas de la historia de la agricultura sinaloense es la reforma agraria de 1934 a 1940, porque elimin� el latifundio, protegi� la peque�a propiedad y abri� una nueva v�a para el desarrollo agr�cola: el ejido colectivo. Ejidatarios y peque�os propietarios fueron los protagonistas de esta historia cuya narraci�n tomamos, principalmente, de las obras del investigador Hubert Carton de Grammont que est�n rese�adas en la bibliograf�a.
Con el presidente C�rdenas tambi�n empez� otro cap�tulo en la historia de la agricultura sinaloense, pues se abri� la era de las cuantiosas inversiones del gobierno federal en obras de infraestructura hidr�ulica. En 1939 se inici� la construcci�n de la presa Sanalona sobre el R�o Tamazula, que fue terminada en 1948 y aument� la superficie irrigada de 31 000 a 94 000 hect�reas en el Valle de Culiac�n. Durante el sexenio de Manuel �vila Camacho (1940-1946) continuaron las obras de construcci�n y se excavaron tres grandes canales: el de Bamoa, en Guasave, el Antonio Rosales, en el Valle de Culiac�n, y el SICAE,
en el valle del R�o Fuerte. Durante el gobierno de Miguel Alem�n (1946-1952) la Comisi�n Nacional de Irrigaci�n se transform� en la Secretar�a de Recursos Hidr�ulicos, lo que dio mayor coherencia a la pol�tica de irrigaci�n a nivel nacional. Se inaugur� la presa Sanalona, se construy� una presa derivadora sobre el R�o Culiac�n, se renovaron los canales de Guasave y se cre� la Comisi�n del R�o Fuerte para la construcci�n de la presa Miguel Hidalgo y del sistema hidr�ulico del mismo r�o. En el periodo gubernamental de Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958) se ampli� la capacidad de la presa Sanalona, se inici� la construcci�n de la presa sobre el R�o Humaya y de una presa derivadora en el R�o San Lorenzo. En 1956 se inaugur� la presa Miguel Hidalgo, la de mayor capacidad en Sinaloa.
A lo largo de las gestiones de los presidentes Adolfo L�pez Mateos (1958-1964) y Gustavo D�az Ordaz (1964-1970) se construy� y se puso en operaci�n la presa del R�o Humaya, se elev� la cortina de la presa Miguel Hidalgo y se construy� la presa Josefa Ortiz de Dom�nguez sobre el arroyo de �lamos. Por estas fechas, la superficie irrigada alcanz� la cifra de 413 944 hect�reas. Durante los sexenios de Luis Echeverr�a (1970-1976) y de Jos� L�pez Portillo (1976-1982) se redujo notablemente la inversi�n federal en Sinaloa, pero no se suspendi�. Con los presidentes Miguel de la Madrid (1982-1988) y Carlos Salinas de Gortari (1988-1992) se intensificaron las obras de riego. Entre 1970 y 1990 se duplic� la superficie irrigada gracias a la construcci�n de otras presas: la de Bacurato (Gustavo D�az Ordaz), sobre el R�o Sinaloa, el Sabinal (ingeniero Guillermo Blake Aguilar) en el R�o Ocoroni, el Comedero (Jos� L�pez Portillo) en el R�o San Lorenzo, y se inici� la construcci�n de otras presas como la de Huites, Eustaquio Buelna, Vinorama, El Salto, Santa Mar�a y El Tamarindo, como se aprecia en el mapa I.2.
Las tierras irrigadas se distribuyeron entre los ejidatarios y los agricultores privados en proporci�n aproximada de 40% para el sector privado y 60% para el ejidal, En 1975 hab�a 37 284 ejidatarios en los distritos de riego, con una superficie cultivable de 8.56 hect�reas por ejidatario en promedio; los peque�os propietarios eran 9 621, con una superficie promedio de 24.4 hect�reas por persona. En tierras de temporal, tanto en la planicie como en la sierra, hab�a 73 015 ejidatarios que dispon�an de 7.35 hect�reas, en promedio, cada uno, y tambi�n hab�a 15 379 peque�os propietarios con 23.9 hect�reas por persona.
La competencia por la propiedad de la tierra produjo en Sinaloa violentos enfrentamientos entre el sector ejidal y el de los agricultores privados, aunque ambos, por su filiaci�n pol�tica, eran afines al estado: los ejidatarios integrados en la Confederaci�n Nacional Campesina (CNC)
y los agricultores privados afiliados a la Confederaci�n Nacional de la Peque�a Propiedad (CNPP).
Los principales momentos de esta lucha fueron 1958, 1967-1968 y, principalmente, los a�os de 1972 a 1976. La lucha de 1958 surgi� con motivo de la apertura de la presa El Varejonal, que irrigar�a 125 000 hect�reas en el valle del R�o Culiac�n. Aqu� intervino una organizaci�n campesina no gubernamental, la Uni�n General de Obreros y Campesinos de M�xico (UGOCM),
encabezada por Jacinto L�pez, cuyos afiliados invadieron las tierras que ser�an abiertas al cultivo. El gobierno federal, aunque prefer�a impulsar la agricultura privada, se vio obligado a favorecer a los agraristas, pero no a los de la UGOCM,
sino que traslad� campesinos michoacanos, afiliados a la CNC,
para dotarlos de tierras ejidales. En 1967 ocurri� la invasi�n del predio El Alhuate, propiedad de la familia Redo, con 10 000 hect�reas de extensi�n, aunque fraccionado en 81 lotes con certificados de inafectabilidad expedidos durante el gobierno de Miguel Alem�n. La Suprema Corte de Justicia de la Naci�n fall� en favor de los 81 peque�os propietarios, pero los campesinos, apoyados por el gobernador Leopoldo S�nchez Celis, insistieron en sus demandas, y la familia Redo entreg� el predio al presidente Gustavo D�az Ordaz para que se repartiera.
Hacia 1970 se agudizaron las tensiones entre los sectores campesino y privado. Los propietarios particulares subdividieron legalmente sus tierras para prevenir cualquier afectaci�n, aunque algunas subdivisiones encubr�an latifundios. Tambi�n por estas fechas se generaliz� el acceso de los agricultores privados a las tierras ejidales, por renta o por asociaci�n en participaci�n, que consist�a en la asociaci�n de un ejidatario con un agricultor privado para la explotaci�n com�n de la tierra, con un contrato por el que el ejidatario aportaba tierra y trabajo y el agricultor pon�a tierra y capital. Esta asociaci�n fue legalizada por la Ley de Fomento Agropercuario de 1980. La renta de tierras ejidales fue ilegal hasta la reforma del ejido de Carlos Salinas de Gortari en 1992.
Como se�alamos, el m�s grave de los conflictos por la propiedad de la tierra lo libraron los agricultores sinaloenses durante el r�gimen del presidente Luis Echeverr�a, entre 1972 y 1976, porque se radicaliz� el movimiento campesino en Sinaloa y Sonora. Para legitimarse ante los campesinos, en 1973 el presidente decidi� afectar tierras de agricultores de ambos estados, lo que provoc� fuertes reacciones del sector particular. El gobierno alent� la invasi�n de 50 000 hect�reas de riego en el valle del R�o Culiac�n. Los agricultores respondieron con paros y con una intensa campa�a de propaganda, a nivel nacional, por medio de la cual consiguieron el apoyo de la burgues�a. de todo el pa�s. El 18 de noviembre de 1976, 12 d�as antes de terminar su periodo, Echeverr�a expropi� 37 131 hect�reas de riego y 65 655 hect�reas de agostadero en el valle del Yaqui; los agricultores de Culiac�n ofrecieron 13 500 hect�reas para su distribuci�n entre los campesinos, cosa que el gobierno acept�. Los agricultores sinaloenses salieron mejor librados que los sonorenses, en cuanto a la p�rdida de tierras, pero ambos adquirieron mayor fuerza pol�tica y se ligaron a las organizaciones cupulares de la burgues�a nacional. En esta lucha destac� como l�der de los agricultores sinaloenses el ingeniero Manuel de Jes�s Clouthier, quien lleg� a las m�s altas esferas pol�ticas y particip� como candidato del PAN en las elecciones presidenciales de 1988.
Otro cambio muy importante en el sector agr�cola sinaloense despu�s de 1940 fue la aparici�n de la empresa agr�cola, una compleja organizaci�n muy tecnificada, con fuertes requerimientos de inversi�n de capital para la producci�n masiva de frutos agricolas. La agricultura se transform� en un negocio, como los dem�s del sistema capitalista, cuyo objetivo principal es la producci�n de utilidades, m�s que de alimentos. Este cambio ocurri�, principalmente, entre los productores de hortalizas para la exportaci�n, todos ellos del sector privado. El censo de 1970 indica que hab�a 100 empresas exportadoras de hortalizas, de las cuales ocho pod�an ser consideradas grandes empresas capitalistas. Pero no todos los productores privados se transformaron en empresarios, y muchos de ellos continuaron como productores en peque�a escala y en forma tradicional, sin inversiones de consideraci�n. En el sector ejidal tambi�n hubo empresarios agr�colas, aunque en su mayor parte fueron peque�os productores. El mismo censo de 1970 indica que el sector privado absorbi� 79% del total de las inversiones agr�colas, y que la mayor parte de �stas se dedicaron a la producci�n de hortalizas para la exportaci�n.
En el periodo posterior a 1940 hubo tambi�n algunas innovaciones que afectaron directamente el sector agr�cola o que repercutieron sobre �l. Un importante avance fue la llamada "revoluci�n verde", que aument� la productividad de algunas especies vegetales. Otros fueron el mejoramiento de las t�cnicas para el cultivo del algod�n, la introducci�n de nuevos cultivos como el sorgo, el c�rtamo y el tomate de vara, y en otro sentido la construcci�n de la carretera Guadalajara-Nogales, terminada en 1952, que permiti� comunicaciones m�s r�pidas hacia los Estados Unidos y al centro del pa�s.