Propiedad y producci�n agraria


Hacia 1870, 60% de los zacatecanos se dedicaba a actividades relacionadas con la tierra. El estado contaba con tres tipos de propiedad rural: las haciendas, los ranchos y las comunidades. Desde la restauraci�n de la Rep�blica, y particularmente a lo largo del porfiriato, se experiment� un proceso de concentraci�n de las propiedades rurales en favor de las haciendas y los ranchos y en detrimento de las comunidades ind�genas. Este proceso se debi� a varios factores, entre los que podemos mencionar la decadencia de la miner�a y la adjudicaci�n de los bienes de la iglesia y de algunas comunidades ind�genas, que corri� a cargo de los terratenientes y de una compa��a deslindadora que funcion� en Zacatecas durante el porfiriato.

Las Leyes de Reforma y de colonizaci�n y bald�os obligaban a los propietarios a mantener en regla sus t�tulos y a pagar a tiempo los grav�menes sobre sus propiedades. El car�cter acumulativo y retroactivo de esas leyes, la incapacidad para comprobar con t�tulos la propiedad sobre los terrenos y el hecho de que los t�tulos de propiedad frecuentemente no precisaban los linderos de los predios fueron factores que contribuyeron a que la aplicaci�n de estas leyes afectara especialmente a las comunidades ind�genas.

Los propietarios pod�an ser afectados por el procedimiento de adjudicaci�n (fraccionamiento), o mediante el pago de los grav�menes que pesaban sobre alguna propiedad. Este �ltimo lo pod�a llevar a cabo cualquier persona a cambio del privilegio de denunciarla, lo que se prestaba a un c�mulo de arbitrariedades. Los datos parecen indicar que �sa era la v�a m�s com�n para la adjudicaci�n de terrenos.

Por cualquiera de las v�as descritas, la consecuencia del proceso de redistribuci�n de la propiedad rural ocurrido en Zacatecas durante el periodo comprendido entre 1867 y 1910 fue que los comuneros perdieron la mayor parte de sus tierras. Aun tomando esto en consideraci�n, el movimiento de tierras en el estado fue relativamente bajo en comparaci�n con otras zonas del pa�s.

En el periodo de estudio, la agricultura represent� la principal fuente de sustento de la poblaci�n zacatecana. Ello fue as� pese a la baja productividad del sector agr�cola en el estado, y a que las condiciones en este sector eran en general desfavorables: la actividad depend�a de las veleidades del clima, de las condiciones de tenencia de la tierra y de la conformaci�n del terreno, factores que de alg�n modo limitaban la explotaci�n agr�cola por parte de los productores.

La principal siembra era, con mucho, el ma�z, seguida del trigo, el frijol y la cebada; en menor proporci�n, el estado tambi�n produc�a algunas frutas, madera y plantas silvestres como tunas, nopal y, a inicios de siglo, guayule. Los campesinos zacatecanos sembraban en grandes extensiones de terreno que rend�an poco, lo que habla de una baja productividad de la tierra. Esto no se daba de manera uniforme en todo el estado, pues era obvio que los partidos de Jerez, Fresnillo, Villanueva, Juchipila y Nochistl�n eran de agricultura m�s productiva que los de Mazapil, Nieves y Sombrerete. De cualquier forma, las t�cnicas de producci�n eran las mismas que se ven�an utilizando desde muchos a�os antes, siendo la principal el arado de hierro, conducido por una yunta de bueyes y, en ocasiones, por el propio campesino.

Pese a su importancia local en tanto actividad productiva y sustento de la poblaci�n, la contribuci�n de la producci�n agr�cola del estado al total nacional fue modesta durante todo el periodo. Durante la d�cada de 1880, Zacatecas particip� con apenas 5% del total de la producci�n nacional de bienes agr�colas, y este porcentaje disminuy� en el decenio siguiente en virtud de la aguda crisis que azot� entonces a la entidad. En efecto, desde 1892 se combinaron los efectos de una prolongada sequ�a con heladas y la p�rdida casi total de las cosechas, lo que, aunado a los brotes epid�micos que se extendieron por todo el estado, provoc� una despoblaci�n sin precedentes y el retorno de los habitantes del lugar a niveles de supervivencia dentro de las actividades m�s tradicionales. La agricultura comercial decay�, y con ella lo hizo tambi�n la econom�a de mercado en las vastas porciones del estado que no se encontraban directamente vinculadas a la miner�a o al comercio. Aunque las actividades agr�colas experimentaron una ligera recuperaci�n en el cambio de siglo, para 1905 apenas se hab�an alcanzado niveles similares a los que se registraban en el periodo previo al cr�tico a�o de 1892.

Las condiciones clim�ticas y orogr�ficas del estado de Zacatecas dieron mayores posibilidades de desarrollo a otra actividad propia del medio rural: la ganader�a. Este sector, junto con la miner�a, report� los mayores beneficios econ�micos a la entidad.

Durante los �ltimos a�os del siglo XIX la ganader�a experiment� una decadencia provocada en parte por la crisis de la miner�a. Sin embargo, gracias a la legislaci�n que favorec�a las grandes extensiones de tierra, a la relativa paz que viv�a el pa�s y al esp�ritu empresarial de los ganaderos, la decadencia del sector se tradujo en un mayor esfuerzo por parte de �stos con el fin de orientar su actividad hacia mejores mercados nacionales y del exterior. A m�s de reinvertir sus ganancias en el mejoramiento de los terrenos y hatos ganaderos, los hacendados zacatecanos ingresaron con frecuencia en otros �mbitos, como los ferrocarriles, la miner�a, la industria textil o las actividades bancarias.

La principal cr�a ganadera que se produc�a en Zacatecas eran las ovejas, seguida de las cabras. Pero en las grandes haciendas ganaderas de la entidad se criaba sobre todo el ganado vacuno, el cual se destinaba tanto a los mercados del interior del pa�s como a la exportaci�n, y reportaba sin duda las mayores ganancias en la actividad ganadera estatal. La crisis de los a�os noventa, que se manifest� en una dr�stica reducci�n del n�mero de cabezas en las haciendas del estado, no afect� de manera perdurable este sector. Al iniciarse el presente siglo, la actividad ganadera inici� una firme recuperaci�n, y sigui� representando un importante sost�n para la inversi�n en otro tipo de actividades por parte de los empresarios zacatecanos m�s adinerados.


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