Julio César
PLUTARCO, quien probablemente vivió entre los años 50 y 125, en los dos primeros siglos de nuestra era, fue un historiador griego que se hizo célebre por su libro Vidas paralelas. Se trata de la reunión de 46 biografías de famosos hombres de la antigüedad que fueron retratados por Plutarco en una forma original: 23 vidas de griegos ilustres aparejadas o confrontadas con las semblanzas de igual número de romanos distinguidos. FONDO 2000 publicó ya la Vida de Alejandro, y en esta ocasión reproducimos la Vida de César, que Plutarco escribió en contraposición a la del Magno de Macedonia. 

Cayo Julio César vivió del año 101 al 44 a. C. y es considerado una de las más destacadas figuras en la historia de la humanidad. Nacido en Roma, César fue general de un poderoso ejército, historiador participante en varios de los hechos trascendentales de su época e infortunado dictador de la República romana. Como historiador dejó escritos sus Comentarios de la guerra de las Galias y los Comentarios de la guerra civil, libros que hasta la fecha se mantienen como lectura obligatoria para todo interesado en el pretérito clásico y como un lúcido entretenimiento para cualquiera. 

Como militar, participó en la mencionada campaña de conquista de las Galias del año 59 al 52; en la guerra civil contra Pompeyo, a quien derrotó en el año 48, aunque todavía persiguió a los pompeyanos hasta España, donde finalmente los derrotó en el año 45; y en la fugaz contienda contra el rey del Ponto, a quien derrotó tan rápidamente que el suceso lo hizo acuñar la célebre frase Veni, vidi, vici, pronunciada ante el Senado al informar sobre aquel fácil triunfo que había conseguido cerca de Zela, en Asia Menor. 



Como político, César, amparado en la leyenda de sus triunfos militares, se declaró dictador con plenos poderes soberanos, lo cual exacerbó rencores y dio pie a numerosas intrigas. Se armó entonces una conjura en su contra, en la que participó su hijo adoptivo Bruto, quien finalmente lo asesinó en pleno Senado de la República romana. En palabras escritas por Plutarco, "muere César a los cincuenta y seis años cumplidos de su edad, no habiendo sobrevivido a Pompeyo más que cuatro años; sin haber sacado otro fruto que la nombradía y una gloria muy sujeta a la envidia de sus conciudadanos de aquel mando y aquel poder tras el que toda su vida anduvo entre los  mayores peligros, y que apenas pudo adquirir".