AL PUBLICARSE, en 1902, Poemas rústicos, 1890-1902, Othón escribió una advertencia al lector en donde afirmaba que "el artista debe ser sincero hasta la ingenuidad. No debemos expresar nada que no hayamos visto, sentido o pensado a través de ajenos temperamentos, pues si tal hacemos ya no será nuestro espíritu quien hable y mentimos a los demás, engañándonos a nosotros mismos".

FONDO 2000 presenta aquí una selección de estas poesías cuya rusticidad no es más que la pura y honesta transmisión de los sentidos, impresiones víividas y verdades personales de un poeta entregado al arte.

Manuel Othón nació en San Luis Potosí en 1858 y murió allí mismo en 1906. Desde temprana edad se reveló como poeta y a lo largo de su vida, a pesar de haberse desempeñado como abogado, agente del Ministerio Público, catedrático y diputado federal, se abocó a la consolidación de su obra poética. Escribió cuentos y obras de teatro, mas su recuerdo está íntimamente ligado a sus poesías, entre las cuales destacan su "Himno a los bosques" (1891), que le valió el reconocimiento de la intelectualidad de la época y el famoso "Idilio salvaje" que fue publicado después de su muerte.

Poemas rústicos fue publicado en 1902 al tiempo que Othón se desempeñaba como diputado al Congreso de la Unión y contertulio del grupo de escritores de la Revista Moderna, en la ciudad de México. En palabras de Joaquín Antonio Peñalosa, estudioso conocedor de la obra de Othón, "por su perfección formal, por su vivo esplendor por el gobierno de la técnica, por la armonía arquitectónica del material sabiamente organizado, Poemas rústicos es uno de los libros mejor estructurados de toda la lírica y merecedor de muy alto puesto en la antología española".