DE LA
milicia a la locura, viajero curioso y sensible, Guy de
Maupassant vivi� una historia novelada con final tr�gico. Pero si fue su vida
una explosi�n de sentimientos, defini� su obra a partir de la sobriedad y la
concisi�n literarias, de la objetividad propia de naturalistas.
Comenz� su carrera como parte del grupo seguidor de Zola, pero pronto decidi� buscar nuevos caminos y, con el genial Flaubert por tutor aprendi� los fundamentos de la novela y la perfecci�n reducida del cuento. Gracias a Flaubert hizo suya una gran disciplina y esper� el momento exacto para publicar su primera obra en prosa, Bola de sebo, que r�pidamente lo catapult� a la fama en Francia y el mundo. Sin inter�s por el reconocimiento, rechaz� la Legi�n de Honor y se neg� a ingresar a la Academia Francesa.
Su extensa obra incluye varias colecciones de cuentos y novelas, impresionantes
por su gran fuerza evocadora. Maupassant, sobrio narrador, escribi� con lenguaje
sencillo y ameno todo lo que observ� en su ambiente y pudo experimentar. En
sus textos, la vida burguesa encuentra un retrato, al igual que el hombre mediocre
y sus fallas. Afectado por situaciones tan reales como brutales, nos deja a
veces una sensaci�n gris, desesperanzada, pero, a fin de cuentas, manifiesta
la tierra francesa de finales de siglo XIX,
la riviera Mediterr�nea
que visit� muchas veces como expiaci�n de su delicada salud mental.
El contraste entre su vida y obra se encuentra tambi�n en su casa, en sus padres: �l, duro jugador burgu�s; ella sensible y culta. En 1870, cuando ten�a alrededor de 20 a�os, particip� en la guerra franco-prusiana; prest� servicios en el Ministerio de Marina y en la Instrucci�n P�blica. Cuando ten�a 42 a�os, en su plenitud literaria, un desquilibrio nervioso que fue magnific�ndose desde a�os atr�s lo llev� a un intento de suicidio. Un a�o despu�s, en 1893, muri� de parálisis general en un manicomio.
En esta edici�n, FONDO 2000 ofrece al lector Bola de sebo, relato fundamental de la literatura decimon�nica. Se trata de una muestra de la narrativa de Guy de Maupassant, que seguramente servir� como anzuelo y gu�a hacia el descubrimiento profundo de este autor, excelente retratos de toda una �poca.