DE LA CHURCHA[Nota 6]

La churcha es un animal peuque�o, del tama�o de un peque�o conejo, y de color leonado y el pelo muy delgado, el hocico muy agudo, y los comillos y dientes asimismo, y la cola lengua, de la manera que la tiene el rat�n, y las orejas a �l muy semejantes. Aquestas churchas en Tierra-Firme (como en Castilla las gardu�as) se vienen de noche a las casa a comerse las gallinas, o a lo menos a degollarlas y chuparse la sangre; y por tanto son m�s da�osos, porque si matsen una, y de aquella se hartasen, menos da�o har�ian; pero acaece degollar quince, y veinte, y muchas m�s, si no son socorridas. Pero la novedad y admiraci�n que se puede notar de aqueste animal es, que si al tiempo que anda en estos pasos de matar las gallinas cr�a a sus hijos, los trae consigo metidos en el seno, de aquesta manera: por medio de la barriga, al luengo, abre un seno, que hace de su misma piel, de la manera que se har�a juntando dos dobleces de una capa, haciendo una bolsa, y aquella hendidura en que el un pliegue junta con el otro, aprieta tanto, que ninguno de los hijos se le cae aunque corra; y cuando quiere, abre aquella bolsa y suelta a los hijos, y andan por el suelo, ayudando a la madre a chupar la sange de las gallinas que mata; y como siente que es sentida, y alguno socorre y va con lumbre a ver de qu� causa las gallinas se escandalizan, luego incontinenti la dicha churcha mete en aquella bolsa o seno los hijos, y se va si halla lugar por donde irse, y si le toman el paso, s�base a lo alto de la casa o gallinero a se esconder; y como muchas veces la toman viva, y algunas la matan, hase visto muy bien lo que es dicho, y h�llanle los hijos metidos en aquella bolsa, dentro de la cual tiene las tetas y pueden los hijos estar mamando. Yo he visto algunas de estas churchas y todo lo que es dicho, y aun me han muerto las gallinas en mi casa de la manera susodicha. Es animal esta churcha que huele mal, y el pelo y la cola y las orejas tienen como rat�n pero es mayor mucho.

Pues se ha dicho de algunos animales particularmente, quiero asimismo trae a la memoria de vuestra majestad lo que se me acuerda de algunas aves que he visto y hay en aquellas partes; las cuales son muchas y de muchas maneras, y primeramente de aquellas que tienen semejanza a las de estas partes o son como ellas, y despu�s se proseguir� en particular lo que me ocurriere de las otras que son diferentes a aquellas de que ac� tienen noticia o se conocen.

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