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Benito Ju�rez. Documentos, discursos y correspondencia, t. 9, pp. 135-137. La autenticidad de esta carta, fechada en Monterrey el 28 de mayo de 1864, se ha puesto en duda, pues no se ha encontrado el original ni copia de ella. No se conoce ninguna declaraci�n directa ya sea de Ju�rez o de Maximiliano relativa a esta carta; ninguno de los familiares y amigos cercanos de Ju�rez tampoco hab�an hablado de ella. Ralph Roeder, con certera expresi�n, ha dicho de este documento lo siguiente: "Carta ap�crifa en el concepto de algunos. La historia la autentifica. Psicol�gicamente era aut�ntica. Avaro de palabras el Presidente no las malgastaba, y la declaraci�n sirvi�, por lo menos, para delimitar los distintos niveles de vida que mediaban entre �l y el adversario". (Ralph Roeder, Ju�rez y su M�xico, vol. II, p. 661.) Como resultado de una laboriosa investigaci�n que nos tom� m�s de 10 a�os (v�ase Benito Ju�rez..., t. 9, pp. 118-131), consideramos valedera la hip�tesis de que s� existi� el intercambio de correspondencia entre Ju�rez y Maximiliano y que por acuerdo, probablemente propuesto por Maximiliano, se pretendi� mantener en reserva la respuesta de Ju�rez. Por considerar que la publicaci�n de esta carta en el New York Herald se hizo a partir del texto original, reproducimos nuestra traducci�n en espa�ol partiendo de la versi�n en ingl�s publicada en ese peri�dico.

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