Se�or general don Domingo Rub�
Juntas han llegado a mis manos las dos apreciables de usted, fechas 21 y 22 del pasado, enter�ndome de las noticias que llev� a �sa el se�or Navarrete. Es natural que se ocupen en conspirar y que hasta proyecten invadir el pa�s con filibusteros los refugiados en California, pero nada muy serio debemos temer, porque es indudable que las autoridades americanas cuidar�n de hacer observar estrictamente las leyes de neutralidad, como han hecho las de Nueva Orleans y Brownsville en estos �ltimos meses.
El se�or Godoy estoy seguro de que habr� dado a conocer los proyectos de esos revoltosos a las autoridades de California y, con ese aviso, nada lograr�n hacer los agitadores de profesi�n.
En �ltimo caso, si lograran desembarcar —lo que acaso ser�a preferible— pagar�an muy cara su audacia pues ya sabemos qu� fin tienen entre nosotros los invasores extranjeros que pretenden revolucionar el pa�s.
P�ngase usted de acuerdo con el se�or Godoy para saber cuanto sucede por San Francisco y veremos, seg�n el giro de los acontecimientos, lo que conviene hacer para escarmentar a los malvados.
Por ac� todo sigue perfectamente y yo me repito de usted amigo afect�simo y atento seguro servidor q. b. s. m.
(Benito Ju�rez)