XII. EL CELAJE

�AD�NDE fuiste, Amor, ad�nde fuiste?
Se extingu� del poniente el manso fuego,
y t�, que me dec�as "hasta luego,
volver� por la noche"..., �no volviste!

�En qu� zarzas tu pie divino heriste?
�Qu� muro cruel te ensordeci� a mi ruego?

�Qu� nieve supo congelar tu apego
y a tu memoria hurtar mi imagen triste?

Amor, �ya no vendr�s! En vano, ansioso,
de mi balc�n atalayando vivo
el campo verde y el conf�n brumoso;

y me finge un celaje fugitivo
nave de luz en que, al final reposo,
va tu dulce fantasma pensativo.

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