Los Machado, 1898

Aunque Manuel, el mayor, no puede ser calificado resueltamente dentro de las caracter�sticas esenciales del grupo finisecular que aqu� venimos estudiando, la vida de estos dos grandes poetas —entre los diez primeros que Espa�a ha producido— sigue rumbos tan paralelos, acci�n tan conjunta, que, pese a la diversidad tem�tica e ideol�gica de ambos, no se puede decir Manuel sin recordar a Antonio, ni Antonio sin que nos venga a la memoria Manuel. Llam�mosles, como siempre, los Machado, as�, en esa plural sinfon�a que siempre fueron a lo largo de sus paralelas vidas.

�Qu� eran los Machado el a�o 1898? �Cu�l su actividad humana? �D�nde sus creaciones literarias?

Manuel Machado Ruiz ten�a veintitr�s a�os al iniciarse el a�o triste de la derrota, y Antonio veintid�s. Hab�an nacido en Sevilla, con once meses de diferencia, en el hogar feliz de don Antonio Machado �lvarez, el hombre a quien Espa�a debe el renacimiento de sus estudios folcl�ricos y costumbristas.

Hab�an nacido en una de las se�oriales estancias del palacio de Due�as, y, como dijo uno de ellos, su infancia eran "recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero". Para en la siguiente estrofa a�adir: "... mi juventud, veinte a�os en tierra de Castilla".

Estos veinte y m�s a�os castellanos se iniciaron el d�a que, trasladado el padre a Madrid, hubieron de seguir su ruta docente hasta la corte los familiares. Antonio y Manuel terminaron sus estudios en la entonces floreciente Instituci�n Libre de Ense�anza, bajo maestrazgos tan profundos como los de Giner, Costa, Linares, Coss�o, etc�tera.

Pero, a los pocos a�os, su inclinaci�n literaria estaba decidida. Los domingos, primero; luego, robando horas al estudio, ambos muchachos compon�an largas tiradas de versos, dramas violentos y romanticones, que algunas veces consiguieron ver casi representados por sus amigos.

Manolo, que es el �nico que ha dado algo al volumen impreso antes de la fecha generacional, public� sucesivamente, el a�o 1894, y en colaboraci�n con el poeta Enrique Paradas, "Tristes y alegres", en Madrid, y "Etc�tera", en Barcelona. Ambos hermanos empezaron a colaborar en una peque�a revista literaria que el decidido bohemio Paradas hab�a lanzado en el a�o 1895: La Caricatura.

El seud�nimo de "Polilla" encubri� los escritos de Manuel; el de "Cabellera", los de Antonio. Indistintamente emplearon el de "Tablante de Ricamonte", que sirvi� de firma tambi�n para sus trabajos en colaboraci�n conjunta.

Mientras Manolo entr� resuelto en el campo de la literatura, Antonio bail� indeciso entre sus aficiones. Por un tiempo estuvo decidido a emigrar a Guatemala, donde cre�a poder rehacer la hacienda familiar, muy mermada con la muerte del padre y del abuelo; durante meses actu� como actor meritorio con Fernando D�az de Mendoza y la Guerrero.

Mientras tanto, Manolo termin�, en 1897 y en Sevilla, la carrera de filosof�a y letras. All� encontr� a Eulalia C�ceres, la que hab�a de ser mujer de toda su vida. En su regreso a Madrid, pleno de nostalgias sevillanas, se encontr� con un Antonio desesperado del largo aprendizaje que impone el teatro.

Atra�dos por don Eduardo Benot, ambos le sirvieron de auxiliares eficaces en la redacci�n de su gran Diccionario de ideas afines. El a�o 1898 sorprendi� a los hermanos en una breve estancia sevillana.

Luego, de regreso, s�lo permanecieron en Madrid el tiempo preciso para arreglar sus maletas. El mismo a�o de 1898 les correr� sus �ltimas fechas en Par�s, donde la acogedora editorial Garnier les mantendr� algunos meses, fundamentales en su formaci�n literaria, como traductores y redactores de un desgraciado diccionario, en el que tantos y tantos espa�oles e hispanoamericanos colaboraron.

Son meses de alegre bohemia, vividos en los altos cuartuchos donde Verlaine pasara sus �ltimas tribulaciones humanas, y debatidos sobre todos los pelouches cafeteriles de simbolistas y parnasianos.

A su regreso a Espa�a, a�os m�s tarde, ambos poetas comenzaron a dar el fruto hondo de los d�as de meditaci�n y esfuerzos, y Espa�a pudo obtener as� la m�s alta floraci�n de su poes�a contempor�nea.

Autobiograf�a de Antonio Machado
Autobiograf�a de Manuel Machado