15. Variantes de nuestro idioma

Corresponde a la sesi�n de GA 1.9 ECOS DE CULTURAS Y REGIONES

Cuando alguien viaja por la Rep�blica se encuentra con modos de expresi�n diferentes de las que se usan cotidianamente en el habla de su regi�n.

Por ejemplo, en el norte del pa�s, para nombrar a una persona joven la llaman huerco, morro o chaval, y as�, en cada regi�n, se nombra de distinta manera a varios objetos, comidas y acciones. A estas formas locales de expresi�n se les conoce con el nombre de regionalismos.

En la comunicaci�n, adem�s de estas variantes, existen palabras que reflejan el pasado cultural de los pueblos, estos t�rminos reciben el nombre de indigenismos.

La herencia ling��stica ind�gena en nuestro pa�s es muy importante, pues el espa�ol se ha enriquecido con gran cantidad de vocablos derivados de las lenguas que se hablaron en la �poca prehisp�nica y que han sobrevivido a lo largo de los siglos. Una muestra de ello se encuentra en las leyendas y tradiciones, en las que abundan esas palabras, dando a los relatos ese sabor antiguo y �nico, caracter�stico de un pasado lejano, y tan lleno de encanto, que se recuerda con agrado.

Afortunadamente, esas palabras est�n tan arraigadas en el habla popular que se usan cotidianamente, como en el ejemplo que a continuaci�n se presenta:

El domingo pasado, junto con mi familia, dimos un paseo muy agradable por Xochimilco. Mi mam� compr� flores de nochebuena que, seg�n los vendedores, se llaman en n�huatl: cuetlax�chitl. Subimos a las trajineras para pasear por los canales y vimos grandes plant�os de cempas�chil.

Cuando llegamos al embarcadero, mi pap� nos llev� a comer un riqu�simo mole a San Pedro Actopan donde, aparte de la comida, pudimos apreciar la arquitectura de la Iglesia, verdadera joya de la �poca colonial.

En seguida, se proporciona una lista de palabras que se usan con frecuencia y que han entrado al espa�ol directamente de las lenguas ind�genas:

La lista anterior es s�lo una breve muestra de los nombres provenientes de las lenguas ind�genas; son much�simos los indigenismos que han pasado a formar parte no solo del espa�ol, sino tambi�n de lenguas extranjeras, lo que le da al elemento ind�gena un car�cter internacional y constituye un motivo de orgullo ser herederos de una herencia tan vasta, rica y hermosa.