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muy buena propina Ahora verá cómo doy con ella. El patrón y Grillo ensillaron unas bestias y se fueron al monte a buscar la yegua. Grillo se anduvo haciendo tonto, a pura vuelta y vuelta para despistar. Así pasó la mayor parte del día. Ya muy tarde, el patrón le dijo: Mejor nos regresamos a la casa, Grillo. Ya perdí las esperanzas. No, patrón, espérese tantito. Me huele a pasojitos frescos. No estamos muy lejos de la yegua. Y claro, como él ya sabía dónde estaba, al ratito la encontraron. ĦQué buen adivino eres! ĦTodo un saurín! exclamó el patrón. En el rancho le dio la propina prometida y desde entonces le tuvo mayor aprecio. |