ˇLlegaron los títeres!Así gritaba la gente, muy entusiasmada porque los titiriteros los visitaban en sus ranchos, según cuentan los viejos en Los Altos de Jalisco. El titiritero se presentaba vestido de payaso. Cantaba, bailaba y hacía mudanzas, es decir, gestos graciosos, acompañado por la música de un señor que tocaba guitarra. Los muñecos a los que hacía "hablar y bailar" eran toros, caballos, borrachitos, etc. A este espectáculo la gente le llamaba la "tatariola". El titiritero callaba de pronto la música para inventar algunas coplas, de la siguiente manera: ˇPare, maistro! ˇPare, maistro! Ai está usted muy aplastadote, pelando los ojos como bolas de hilo.
Después de esto seguía la música. Cuando el titiritero quería improvisar de nuevo, la interrumpía. A veces terminaba recitando una copla: ˇPare maistro! ˇPare, maistro! Maistro, ¿qué pues? Ai nomás muy aplastadote ˇDiga algo! Pues no dice nada, pos no.
También le preguntaba sus nombres a la gente que estaba presente para inventarles versos: -ˇAy, qué pues! Ai nomás aplastadote, muy planos los ojos, como bolas de hilo. ˇHombre, hable, hombre!
Maistro, ¿qué pues? Pues tóquile, tóquile, ¿Ontá su guitarra? Ai nomás muy aplastadote, pelando los ojos como dos bolas de hilo.
Don Lencho González, quien nos platicó sus recuerdos de la tatariola, se despidió de la siguiente manera:
El titiritero hacía todo esto de rancho en rancho, de pueblo en pueblo. Bailaba y cantaba la tatariola para divertir a los niños y a muchos adultos. |