CONTRAPORTADA
Uno de los propósitos esenciales de este libro es, en palabras del doctor Guillermo Soberón, destacar la importancia que revistió para nuestro país la llegada de los exiliados españoles, "pues siempre he sido un ferviente admirador de aquellos 'refugiados' que tanto aportaron fortalecimiento de nuestra vida académica y, además, tuve relación personal con los cinco eminentes médicos de los que se habla en este volumen".
Estos científicos llegaron a México en los años cuarenta, exiliados tras la guerra civil española, cuando fueron arrancados de sus labores de investigación y tuvieron que pasar a ejercer puestos en el gobierno y el ejército. ¿Cómo después de esos avatares se reintegraron a la investigación científica? ¿Qué papel desempeñaron en las instituciones de México y qué alumnos formaron? Éstas son algunas de las preguntas que el autor pretende responder. Los cinco científicos cuyas carreras se reseñan se dedicaron al campo de las neurocienciencias: Dionisio Nieto, José Puche, Isaac Costero, Rafael Méndez y Ramón Álvarez-Buylla. Las neurociencias son el conjunto de disciplinas que estudian el sistema nervioso, normal o alterado, y que se integran en un concepto nuevo, pues anteriormente las diversas ramas que las conforman se estudiaban por separado.
Los maestros españoles de cuya obra hablaremos son, en cierto modo, precursores de las neurociencias y que sus trabajos se entrelazan generacionalmente con las de sus maestros, don Santiago Ramón y Cajal y don Pío del Río Hortega, con quienes entraron en contacto durante su estancia en la famosa Residencia de Estudiantes de Madrid donde también convivieron e hicieron amistad con personajes tan famosos como Luis Buñuel, Salvador Dalí, Federico García Lorca y Severo Ochoa, entre muchos más. Las presentes breves notas biográficas intentan exponer el entusiasmo con que estos cinco médicos se dedicaron a la investigación y la enseñanza en México.
Augusto Fernández Guardiola nació en Madrid. Radicó después en Nicaragua y de allí pasó a México. Estudió en la Facultad de Medicina de la
UNAM.
Desde muy joven se interesó por las neurociencias y trabajó en el Instituto de Investigaciones Biomédicas. Su interés por los mecanismos responsables de la inhibición lo llevó a estudiar con Henri Gastaut en Francia. En 1963 estableció en Cuba el Laboratorio de Psicofisiología del Instituto de la Actividad Nerviosa Superior de la Universidad de La Habana. En México es precursor en el campo del estudio del sueño humano en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la
UNAM
. Su producción científica publicada en México y el extranjero es de gran magnitud. Ha ganado además diversos premios.Diseño: Guillermo Huerta González
![]()
![]()