Un informe de la época nos dice:
A poco aparecieron grupos de patriotas por todos vientos. Salió de aquí una partida para Ixtlán al mando de D. Guadalupe Ballesteros. En Ixtlán se reunieron con el Cura D. Cayetano Guerrero y gente de allí y de Ahuacatlán y salieron en persecución de un natural llamado Jesús que mandaba una gavilla hacia Jala. La avistaron, se batieron venció Jesús, mató al Cura Guerrero en el campo y a Santibañez y otros vecinos de Jala.
El comandante de esta plaza, Valdés, pidió auxilio al Real del Rosario y vino D. Pedro Villaescusa, quien guarneció esta ciudad hasta que lo llamaron las atenciones de El Rosario.
Las gavillas se aumentaban y se engrosaban y Valdés pidió auxilio a El Rosario y vino D. Mariano Verea con 200 hombres.
Luego mandó el Gral. Cruz que saliera toda la fuerza a atacar en combinación a los patriotas que estaban por Santa María del Oro engolfados con sus triunfos. Salió Verea con su tropa y una Compañía de caballería con su Capitán D. Leobardo Pintado. Pasaron a Tequepespan y emboscados los enemigos en el tránsito, los arrollaron. Verea escapó con 30 que reunió y perdió 80 hombres.
Don Manuel Pastor, que venía a obrar con Urrea no llegó a tiempo porque tuvo una escaramuza en el camino, pero luego derrotó a los vencedores y vino a esta ciudad. Le hizo consejo de guerra a Pintado porque dizque no operó con Urrea; salió libre Pintado, pero murió a poco, según dicen, del bochorno.
El Gral. Cruz hizo que Valdés renunciara y pasó la Comandancia a Urrea y se retiró Pastor a la Magdalena.
A poco apareció por el mismo Santa María del Oro una fuerza que mandaba Esparza, conocido por "el inglesito"; se engrosó mucho, se dirigió a esta plaza, pero no pasó del Platanar que dista dos leguas. Pastor los derrotó completamente y les hizo 100 prisioneros. Se sortearon y fusilaron la mitad.
En 1811 los realistas controlaban los principales valles, o sea la región que va de Ixtlán hasta Tepic y de la costa de Compostela a San Blas. La tierra caliente de Acaponeta y Santiago Ixcuintla, así como la sierra de Nayarit, eran de los insurgentes. Los realistas batallaron todo el año de 1811 para someter a los pueblos de la sierra, pero en 1812, otra vez, las guerrillas alborotaban esa zona. En represalia los realistas quemaron La Mesa, Santa Teresa, San Juan Corapan, Ixcatán, Guamamota, Dolores, el Rosario. De la obra constructiva de los jesuitas no quedó más que ruinas humeantes y la gente se dispersó, refugiándose en las barrancas o en las alturas más apartadas.
De todos modos la llama rebelde seguía sin apagarse en la sierra y en 1815 bajaron unos serranos a dar un golpe audaz en Tonalisco, a unos kilómetros de Tepic. Eso no amenazaba seriamente el orden; y después de 1812, fuera de la sierra, los realistas no tuvieron problemas. La campaña en la sierra duró hasta el año 1818, casi sin provecho, porque el terreno favorecía a los guerrilleros, quienes asolaron ranchos, haciendas y caminos. La Independencia se consiguió en 1821 gracias a la unión de los criollos hasta entonces realistas, representados por el militar Iturbide, y de los insurgentes, representados por el indomable Vicente Guerrero. Los dos bandos eran mexicanos, y patriotas cada uno a su modo, pero se necesitaron 11 años, un sinfín de sufrimientos y multitud de vidas sacrificadas, para conseguir la Independencia y poner fin a lo que había sido una tremenda guerra civil.