6. La Independencia

6. La Independencia


La revolución estaba en receso cuando la revolución liberal en España volvió a levantarla en 1821. Agustín de Iturbide, oriundo de Valladolid (hoy Morelia), trazó un plan de independencia conocido como Plan de las Tres Garantías. Unión, Independencia, Religión o Plan de Iguala, por el lugar donde fue proclamado.

Unión de los españoles y de los americanos en la nueva nación mexicana; independencia de España; religión católica respetada por ser el lazo común a todos los habitantes. Así Iturbide se ganó el apoyo de todos, de los españoles, a quienes se les garantizó el respeto a su vida y fortuna, de la Iglesia y de los viejos insurgentes que peleaban por la Independencia.

En el occidente, y especialmente en la región de Tepic, la ejecución del Plan de Iguala fue fácil, ya que el ejército y las autoridades siguieron en bloque a Iturbide. No hubo que usar la fuerza, más que en San Blas.

El 22 de junio de 1821 se juró en Tepic el Plan de Iguala y luego en Ixtlán, Ahuacatlán, Compostela, Santa María del Oro, San Pedro Lagunillas, Jalisco, Santiago Ixcuintla y Acaponeta.

El 27 de septiembre de 1821 Iturbide, al frente de un numeroso ejército, hizo su entrada en la ciudad de México y declaró al día siguiente: "que es nación soberana e independiente de la antigua España, con quien en lo sucesivo no mantendrá otra unión que la de una amistad estrecha en los términos que prescribieren los tratados".

Un ilustre sacerdote de nuestra región, el padre Francisco Severo Maldonado, pensador original y profético, pudo exclamar: "Americano, mostraos dignos del gran presente que el cielo acaba de haceros [...] reflexionad que sólo al despotismo, sólo al bárbaro y horrible despotismo ha sido dado desnaturalizar a los hombres para hacer a los hijos embriagarse con la sangre de sus padres, y al hermano traspasar con una bala el pecho de su hermano. Huya, huya para siempre a sepultarse en el abismo el espíritu infernal de la persecución y de la discordia".

Una inmensa alegría inundó todos los pueblos y todas las ciudades de esa Nueva España, ahora México, manifestada en desfiles y misas de acción de gracias, con innumerables cohetes y el repique continuo de las campanas de Tepic, Ahuacatlán, Ixtlán, Compostela y Santiago, entre otros pueblos.


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