De acuerdo con ésta y a propuesta del doctor Miguel Ramos Arizpe, diputado por Coahuila, fueron creadas las Diputaciones Provinciales, cuerpos colegiados gubernativos que dieron cierta autonomía a las provincias. Los criollos de la Nueva España adoptaron como bandera la Constitución de Cádiz, pero, acaudillados por Morelos, reunieron el Congreso de Chilpancingo y promulgaron la Constitución de Apatzingán de 1814. En aquel Congreso el Nuevo Reino de León tuvo como diputado al propio caudillo de la Independencia, José María Morelos.
De las seis diputaciones establecidas en la Nueva España, una fue instalada en Monterrey con diputados de las cuatro Provincias Internas de Oriente: Nuevo León, Coahuila, Texas y el Nuevo Santander. Este cuerpo colegiado gubernativo, aunque no legislativo, es el antecedente del Congreso nuevoleonés de nuestros días.
El Congreso General Constituyente en el que dos figuras del noreste: Servando
Teresa de Mier y Miguel Ramos Arizpe desempeñaron papel tan relevante, expidió
el Decreto número 45, de 7 de mayo de 1824, cuyo artículo primero dispone:
Nuevo León será en lo sucesivo un Estado de la Federación Mexicana y para la elección de los Diputados de su Congreso se observará la convocatoria de 8 de enero último.